Para construir un talento comprometido

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Por Alice Grey Harrison (Perú), Expositora del Programa de Alta Especialización en Comunicación (EPU) – Universidad San Martín

Los negocios de hoy requieren profesionales de la comunicación que puedan conducir y construir una fuerte participación de los colaboradores, pues si estos no están totalmente comprometidos tampoco están alineados con los objetivos de la organización, su productividad es menor y el desgaste es más probable.

Los comunicadores entendemos cómo influir en las percepciones y mover a la gente a la acción. Por eso debemos ser la fuerza unificadora entre el posicionamiento de la marca y los valores de nuestra propuesta de negocios. Aquí cinco consejos para ayudarle a empezar.

Evalúe sus herramientas: Analice estratégicamente los equipos de trabajo en su organización para reconocer sus limitaciones y fortalezas. Luego, identifique los indicadores de rendimiento correctos que impulsan la responsabilidad, creando una amplia estrategia de comunicación y diseñando oportunidades de desarrollo para todo el personal.

Conecte a los empleados con los valores: Sea auténtico con lo que dice y hace, tanto externa como internamente. Con valores organizacionales claros los empleados podrán conectarse emocionalmente con la causa mayor. Al final del día, la gente tiene que sentirse bien con su lugar de trabajo y estar completamente comprometida.

Abra sus líneas de comunicación: Vivimos en un mundo 2.0, y cómo nos relacionamos en el lugar de trabajo no es diferente. Es recomendable dar participación a los empleados para conocer sus opiniones, observaciones, críticas y las oportunidades de mejora que puedan brindar a la empresa.

Viva la marca: Las organizaciones gastan mucho tiempo, dinero y recursos en la marca externa. Sin embargo, los empleados son, sin duda, los mejores embajadores de la marca. Recuerde, las organizaciones no entregan resultados; la gente sí. Comience sus esfuerzos de marca internamente y cosechará las recompensas externas.

Seleccione el mensaje: Hay que ingresar en la mente del empleado, y una vez que el mensaje está claramente articulado, se determinará el medio más adecuado y pertinente.

 

Artículo publicado en Gestión

 

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