¿Cómo hacer del emprendimiento una fuente de empleo?

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En un marco de escasas oportunidades laborales, los jóvenes están optando por otros caminos que les permitan desarrollarse profesionalmente. En ese sentido, muchos trabajadores están optando por el emprendimiento propio como fuente de trabajo.

Sin embargo, Fernando Miranda, consultor de LHH DBM Perú, explica que el desarrollo de ideas de negocios no debe ser una salida frente a resultados fallidos de búsqueda de empleo.

“Si tenemos la vocación, el deseo y la capacidad para emprender, que así sea. Pero, si nunca se tuvo la inquietud de un negocio propio, ¿por qué ahora sí?”, se pregunta Miranda.

Al ser consultado sobre en qué momento es más oportuno optar por un emprendimiento personal en lugar de buscar trabajo, Luis Felipe Calderón, profesor de ESAN Graduate School of Business, señala que lo más recomendable es no empezar nada por obligación.

“Están aquellos que emprenden cuando no consiguen trabajo y no les queda más remedio que lanzarse, y por otro lado están quienes lo hacen de un modo racional y bien calculado. En cualquier caso, va a depender de la preparación profesional, además del aspecto psicológico y administrativo, para establecerlas probabilidades de éxito”, dice Calderón.

Es importante determinar que no existe un período de tiempo definido para que un emprendimiento se convierta en un trabajo.

En los casos más favorables, afirma Calderón, las personas podrán iniciar su emprendimiento sin necesidad de dejar sus empleos.

Pero, en ese contexto, aparece la figura de quienes no tienen alternativa y deben ir por el camino del negocio propio, que con buenos o malos resultados podría ser la única fuente de ingreso en un momento dado.

Cabe preguntarse, ¿es descabellado dejar un empleo por un emprendimiento propio?

Según el representante de LHH DBM Perú, no lo es, pero la persona debe tener claro que todo negocio tiene un riesgo implícito y necesita considerar que no faltarán situaciones de mayor inestabilidad.

En ese sentido, el representante de ESAN afirma que una estadística mundial señala que no es casualidad que, en un plazo de dos años, el 95% de los emprendimientos termina quebrando.

“Quienes quieren emprender deben tener el perfil psicológico del emprendedor, una persona que no se quedará tranquila hasta lograr ser su propio jefe. Pero, aquel que no esté preparado, deberá pensar mejor si se desprende de su empleo, así no le vaya tan bien”, sentencia Calderón.

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