La agresión en el lugar de trabajo, ya sea a través de gritos, comentarios despectivos o amenazas, representa un desafío persistente que afecta a las organizaciones con un costo anual sorprendente de hasta $1.97 billones. Este impacto financiero abarca costos directos e indirectos, afectando la productividad y la calidad de vida de los empleados. La agresión laboral también se traduce en problemas de salud y disminución del rendimiento.
Lima, 17 de enero de 2024.-Las organizaciones buscan iniciativas preventivas, y la intervención de los testigos se ha vuelto popular. La capacitación de los testigos para intervenir se está implementando en instituciones gubernamentales y educativas. Aunque la intervención no siempre es obligatoria, los testigos enfrentan presión para actuar, lo que se refleja en consignas como «Si ves algo, di algo». Los testigos, denominados «defensores», pueden influir en el resultado de la agresión laboral.
El modo en que los testigos intervienen es crucial; no es suficiente decirles que intervengan, es necesario indicar cómo hacerlo para minimizar posibles efectos negativos. La reciente investigación proporciona orientación para hacer las intervenciones más efectivas. Desmitifica algunas ideas erróneas, destaca la importancia del enfoque futuro y aborda la intervención desde la perspectiva del agresor y el testigo.
Mito
Las intervenciones de testigos deben ocurrir inmediatamente. La intervención inmediata no siempre es la mejor opción; en algunos casos, es más sabio abordar la situación después de un período de reflexión. La seguridad y la comprensión de cómo responder son fundamentales. La intervención inmediata puede ser necesaria si hay una amenaza directa, pero en otros casos, esperar puede ser más efectivo.
Mito
Las intervenciones de testigos deben ser confrontativas. No todas las intervenciones necesitan ser confrontativas; existen enfoques no confrontativos, como ofrecer apoyo al objetivo o informar a las autoridades pertinentes. Las intervenciones no siempre deben ser punitivas; ofrecer al agresor la oportunidad de abordar el problema de manera constructiva puede ser más efectivo para el cambio a largo plazo.
Hecho
La relación con el agresor importa. La confianza y la cercanía influyen en cómo se percibe la intervención. Si existe una relación estrecha, una conversación privada puede ser efectiva; si la relación es tensa, involucrar a un mediador de confianza puede ser más efectivo. Además, las dinámicas de poder en el trabajo impactan en los resultados de la intervención, destacando la importancia de cambios culturales para un cambio positivo a largo plazo.
Fuente: Harvard Business Review
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