Por Carlos Cadillo Ángeles – Consejero del Área Laboral de Miranda & Amado Abogados
El aislamiento social obligatorio y todas las medidas relacionadas han mostrado la resiliencia de las empresas y de los trabajadores para continuar con sus actividades. Por ejemplo, en el segmento comercial, se ofrece la compra y venta electrónica (e-commerce) y la entrega directa de productos al consumidor final (delivery).
Las empresas que desarrollan actividades esenciales (por ejemplo, alimentos) han promocionado, transformado y aumentado dichas áreas del negocio y se han adecuado a la coyuntura. Una vez que las actividades se reanuden progresivamente, con las medidas de prevención que serán aplicables (el aislamiento voluntario y el distanciamiento social), el resto de las empresas también evaluará si cabe transformar determinadas etapas del proceso productivo, los puestos de trabajo y la organización del trabajo. De ser el caso, las empresas tendrán que invertir en activos y en la formación de los trabajadores, lo que no será fácil en un contexto que afecta económicamente a todos.
Por otro lado, no obstante las medidas preventivas adoptadas en los centros de trabajo y para la ejecución de las labores, como era previsible debido a la pandemia, no se ha podido evitar los contagios. Para prevenir consecuencias similares, las empresas invierten en kits de pruebas rápidas y aquellas que reanudarán sus actividades gradualmente vienen adquiriendo ropa, equipos o implementos de protección; pero se requiere de un presupuesto que no todas pueden asumir o sostener en esta coyuntura.
Además, algunos trabajadores que están laborando sienten temor, ansiedad y preocupación por el riesgo de contagio personal o de sus seres queridos. Esto puede causar estrés, ausentismo o bajo rendimiento laboral. Las empresas vienen abordando estos casos mediante la comunicación, el acompañamiento y las medidas de prevención de los riesgos laborales; y, voluntariamente, algunas otorgan incentivos económicos, que tampoco es fácil de asumir o sostener. Estos son algunos de los nuevos retos laborales y de las acciones que efectúan las empresas con el apoyo de los trabajadores. Sería importante que se creen incentivos sostenibles (laborales, tributarios, entre otros) para las empresas, que aseguren la inversión en la transformación de los procesos productivos y la empleabilidad de los trabajadores, que aseguren la normal ejecución de las actividades; pues todas las prácticas comentadas permitirán minimizar el impacto del covid-19 y contribuir con la reactivación progresiva de la economía y del empleo.
Fuente: ElPeruano
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