Las habilidades del líder global

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Por Frank Wiengarten – Director académico del MSc in Global Strategic Management de ESADE

En la actual economía global, las empresas buscan comprar y vender productos y servicios en todo el mundo, lo cual genera, en última instancia, una red dispersa de la cadena de suministro. La mayor presión competitiva y la creciente apertura de las economías han permitido a las empresas buscar ventajas comparativas y competitivas. A medida que estas han ido externalizando continuamente múltiples funciones y actividades, desde una perspectiva vertical, su cadena de suministro se ha convertido en más larga y compleja. Para gestionar esta red, las empresas han de colaborar e integrar procesos para compartir información y garantizar su eficiencia y su efectividad.

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La globalización y la consiguiente dispersión geográfica de la cadena de suministro han añadido más presión a los directivos a los cuales se exige que gestionen estratégicamente estas nuevas situaciones globales, que ofrecen nuevas oportunidades, pero también plantean nuevos retos. Del mismo modo que las  cadenas de suministro se globalizan, los directivos tienen que sumarse al carro y convertirse en globales para ser gestores eficientes y efectivos. Convertirse en un gestor y, eventualmente, en un líder global requiere adoptar una perspectiva global para triunfar en este entorno.

Los directivos han de dirigir y liderar a múltiples stakeholders, procedentes de contextos culturalmente muy diversos, con interpretaciones y reacciones distintas de la realidad. Es importante entender estas diferencias regionales y culturales para poder dirigir una plantilla global. Además, aunque muchas destacadas prácticas directivas ya han sido adoptadas a escala global, persisten todavía algunas diferencias regionales, de modo que para ser un líder global de éxito hay que ser consciente de estas pequeñas pero importantes diferencias. Las prácticas que se puedan haber desarrollado y aplicado con éxito en contextos de negocios occidentales probablemente tendrán que adaptarse, teniendo en cuenta los diferentes factores contextuales, para resultar efectivas, por ejemplo, en el contexto asiático. Se necesitan líderes globales para corregir estas prácticas, reconocer estos matices y dirigir las empresas con una configuración realmente dispersa. En definitiva, un líder global es alguien capaz de liderar a un equipo global entendiendo las diferencias nacionales y culturales, y sabiendo descubrir las oportunidades que dichas diferencias ofrecen en cuanto a diversidad y unificaciones.

Yo creo que cualquier persona puede convertirse en un líder global cuando se expone a un entorno global. Estos nuevos tipos de directivos necesitan experimentar realmente y auténticamente las diferencias culturales que todavía existen en nuestro mundo global.  Desde mi punto de vista, desarrollar nuevos líderes globales significa exponer a las personas a situaciones que están fuera de su zona de confort y que requieren habilidades de liderazgo. Además, la gente también necesita estar expuesta a los líderes. Para llegar a ser un líder global, es importante conocer todas las herramientas y prácticas necesarias para dirigir a personas a través de estos tiempos y estas oportunidades tan fascinantes.

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