La especialización, que en un momento fue fundamental para algunos cargos, hoy ha dejado de ser una alternativa práctica que permita lograr mayores índices de productividad y mucho menos, la mejora continua.
La especialización ha sido reemplazada por la capacidad y disposición para ejecutar varias tareas que permite que una persona se adapte al cambio y sea capaz de responder de manera favorable a las nuevas exigencias de las empresas, conocido como polifuncional.
Es muy común leer ofertas laborales que requieran a personas polifuncionales, pero hay que tener mucho cuidado, porque cuando está relacionado a la reducción de costes, puede ser mal visto y este no es el propósito principal de contar con un recurso humano interdisciplinario. De esta manera, se asumiría que el cargo tiene excesivas responsabilidades que no necesariamente sean relacionadas al cargo y de alta exigencia.
La polifuncionalidad permite crear nuevos procesos y productos, además, mejorar la calidad de los existentes, porque es posible la contribución de diferentes miradas de profesionales. Sin embargo, el paso de la especialización a un profesional polifuncional, no es una tarea sencilla que pueda darse en el corto plazo.
Esta nueva cultura de trabajo requiere las herramientas necesarias, capacitación, práctica, y por supuesto un ambiente laboral que permita enriquecer los conocimientos de un equipo de trabajo.
Para este sistema de trabajo, hay que tener en cuenta los siguientes puntos:
- La polifuncionalidad no significa realizar tareas de áreas totalmente diferentes a las que se desempeñe el trabajador, debe existir un límite. Esto es aplicable dentro de la misma área de conocimiento, o al menos que se relacione. Por ejemplo, un diseñador no puede asumir responsabilidades de un contador.
- Es fundamental la capacitación previa.
- El profesional debe contar con el apoyo de diferentes áreas de trabajo. Debe fomentarse la solidaridad laboral y los hábitos de enseñanza entre los funcionarios.
- Hay que diferenciar la polifuncionalidad inmediata de la programada. La primera se presenta de manera imprevista y urgente, ante la ausencia de un colaborador enfermo, vacaciones u otra razón temporal. En este caso, basta un instructivo que describa los pasos a seguir. En cambio la segunda, requiere un tiempo de capacitación, ya que son responsabilidades del cargo que se realizarán de manera cotidiana.
- Los colaboradores deben tener claro los objetivos de su cargo y qué es lo que se pretende con sus tareas asignadas.
- Un clima de trabajo polifuncional debe entenderse como una estrategia WIN-WIN. Por un lado, el profesional adquiere mayores competencias y conocimientos, mientras que la empresa tiene un colaborador capaz de asumir diferentes responsabilidades y aportar una perspectiva más enriquecedora a los procesos.
“La polifuncionalidad además permite mejorar la motivación, la innovación y el compromiso, porque el trabajo ya no se hace rutinario. Las personas se sienten útiles y entienden que pueden ser valiosas para otras tareas”, señala Ernesto Velarde, country manager de Trabajando.com Perú.
“El desafío está en que los candidatos deben aumentar las competencias y habilidades para poder ser competitivo en el mercado, porque tendrán mayores oportunidades de ascenso que otro que sólo se limite a una función. Una de las cualidades que más valoran los reclutadores en sus procesos de selección, es la polifuncionalidad” destaca Velarde.