Por Miluzka Risco (Perú) – Especialista en Dirección de Capital Humano y Consultora en SFX Talento – www.sfxtalento.com
En la era del conocimiento las organizaciones requieren esquemas de gestión que permitan que el talento humano sea el motor de la innovación y la estrategia del negocio. Para ello, se requiere que las empresas muestren su capacidad para atraer, incorporar, desarrollar y mantener profesionales altamente capacitados.
Según el informe de la prestigiosa escuela de negocios IMD, en el que se analiza la efectividad de los países en desarrollar profesionales competitivos, Suiza se sitúa en el primer puesto de 61 países, seguido por Dinamarca, Luxemburgo, Noruega, Holanda, Finlandia, Alemania, Canadá, Bélgica y Singapur.
La representación del talento en el campo empresarial, que consiste en representar al ejecutivo frente a las organizaciones, es una herramienta que se utiliza precisamente en los países mencionados anteriormente, porque es ventajosa para ambas partes, debido a que libera al ejecutivo o profesional de todo el estrés de la recolocación laboral y por otro lado, se genera una relación en la que el representante debe asegurarse de entender los intereses, fortalezas y objetivos profesionales de su representado para poder identificar las empresas target y posiciones claves donde se podría colocar.
Cuanto mayor es la cercanía entre la organización que encaja en su posicionamiento y el perfil requerido para la posición respecto a sus habilidades, experiencia y fortalezas personales, las posibilidades de éxito serán mayores.
Para las empresas, recibir profesionales que tienen un representante, todavía no es empleado en el Perú, pero brinda varias ventajas:
Se cuenta con prácticas diferenciadas de atracción de talento alineadas a la estrategia, minimiza el riesgo de una mala contratación, se conocen los retos con anticipación, se asegura una lealtad y un tiempo mínimo de permanencia que permiten en el mediano plazo superar la curva de aprendizaje y se recibe asesoría continua y entrenamiento para que el colaborador tenga éxito en la nueva posición.
Además, el representante ofrece a la compañía toda la información del ejecutivo que incorpora ya sea de carácter personal, familiar y de intereses profesionales; además, apoya en todo momento en la instrumentalización de planes para desarrollar su carrera.
Cada vez más las organizaciones son conscientes de que los mecanismos de atracción, desarrollo y gestión del talento han cambiado, y sienten la urgencia de cambiar sus prácticas. El reto es crear una propuesta de valor que atraiga a los mejores profesionales, que el potencial no sea limitante, sino ilimitado para poder lograr ser más competitivos en el mercado.