El Perú es uno de los países con mayor presencia de “SISI” en la región latinoamericana, jóvenes entre 15 y 24 años que si trabajan y si estudian. Sin embargo, este grupo representa una parte importante de la fuerza laboral informal.
Un reciente análisis, del Centro Nacional de Planeamiento Estratégico (Ceplan), elaborado con datos obtenidos de la Encuesta Nacional de Hogares (Enaho) del 2015, revela que en Perú existen 763 mil jóvenes entre 15 y 24 años que Si trabajan y Si estudian, de los cuales el 54% son hombres y el 46% son mujeres.
Del acuerdo al estudio del Ceplan, los “SISI” en el mercado laboral peruano poseen empleos informales y de mala calidad caracterizados por una baja cobertura en el acceso a los servicios de salud y pensiones con remuneraciones por debajo de un salario mínimo.
En el análisis del Ceplan, se destaca que uno de cada dos “SISI” tiene estudios secundarios, en mayoría provienen del área urbana y son solteros sin responsabilidades conyugales o carga familiar. Por su disposición los podemos encontrar en actividades de baja productividad, microempresas o trabajos familiares sin remuneración a cambio.
Los “SiSi” se desempeñan, principalmente, en la agricultura y ganadería (25.6%), servicios no personales (24.4%) y comercio (20.9%), como agricultores, vendedores al por menor, empleados de oficina, artesanos y operarios.
Asimismo, el 49.5% de los trabajadores “SISI” gana por debajo de un sueldo mínimo vigente, 31.6% no tiene ingresos pues labora para un familiar sin recibir una compensación monetaria.
El documento explica que muchos “SISI” carecen de habilidades necesarias (falta de experiencia laboral y aprendizaje) para encontrar un empleo en el sector formal, por lo que en la mayoría de casos se refugian en puestos de trabajo temporales e inestables en el sector informal.
En tal sentido, se conoció que el 90,3% de los “SISI” es informal con contratos de trabajo casi inexistentes: el 78.7% no tiene ningún contrato laboral formal y solo el 21.3% tiene algún contrato que mayoritariamente es a plazo fijo.
Al respecto, el especialista en Investigación Económica y Laboral del Ceplan, Julio Pérez Coaguila considera que nuestros jóvenes “SISI” requieren de mayores incentivos, formación de habilidades (técnicas y blandas) adecuadas, generación de oportunidades de mercado; así como mejorar las condiciones y calidad de sus actuales puestos de trabajo para aprovechar mejor sus posibilidades de desarrollo económico y contribuir de esa forma en la reducción de la pobreza y la desigualdad.