La plataforma de redes profesionales está diseñada para conectarse con colegas, clientes y posibles futuros jefes, pero el comportamiento en el sitio puede distar de la diplomacia de una sala de reuniones.
LinkedIn es una extensión del lugar de trabajo, similar a la oficina o a un evento de redes corporativas, se alega. Si no se coquetea en una conferencia telefónica, tampoco debe hacérselo en LinkedIn. Si alguien lo hace, tanto esa persona como su empresa podrían pagar el precio.
Entre diciembre de 2015 y marzo de este año, Jane Doe, que trabaja para una compañía del Fortune 500 en California, y Aaron Eichler, identificado en la demanda como director gerente de SunTrust Robinson Humphrey Inc., intercambiaron varias decenas de mensajes.
Los dos se encontraron cuando Doe, que todavía estaba con su anterior empleador, avanzaba en un acuerdo que involucraba a la compañía de Eichler, dijo Doe en una entrevista. Eichler inicialmente envió mensajes a Doe sobre potenciales oportunidades de trabajo.
Cuando Doe expresó su interés en saber más, los mensajes pasaron de profesionales a no profesionales, alegó. “¿Y qué haces tan tarde? Aquí está mi número, si quieres jugar”, escribió Eichler, según documentación presentada al tribunal.
Ante este precedente, LinkedIn anima a los miembros a denunciar el acoso marcando las conversaciones como “inapropiadas u ofensivas”. La compañía dijo que investiga incidentes y toma “medidas apropiadas”, lo que puede comprender la exclusión de la plataforma. Además de denunciarlos, los miembros también pueden bloquear a los acosadores.