Existen algunos hábitos que pueden generar incomodidad entre colaboradores y que, en ocasiones, se cometen sin darse cuenta. Pero cuando estas actitudes conllevan a que el ambiente laboral se vuelva hostil o difícil de sobrellevar es el momento de tomar cartas en el asunto.
“Disminuye la productividad del equipo porque este no se siente cómodo trabajando junto a ese colaborador”, enfatiza Diego Cubas, managing partner de Cornerstone.
Pero, ¿Cómo lidiar con esta problemática? Según Milagros Morales, docente del Programa de Experto en Protocolo y Ceremonial del Estado de la USMP, es primordial manifestarle al colaborador que su comportamiento genera malestar al resto.
Lo importante es hacerle explícita su conducta de manera sincera y objetiva. Si resulta imposible tratar el tema directamente con él, hay que manifestarle la incomodidad al jefe de la oficina.
Morales reconoce que este escenario es más difícil de abordar por la relación de subordinación con el grupo. En este caso, conviene respetar las jerarquías. La docente insiste en que se converse directamente con el jefe y “hacerle ver las conductas que están incomodando a su grupo y que probablemente le jueguen en contra a él mismo”.
Si bien cada persona tiene modales aprendidos en otros contextos, Morales resalta la importancia de establecer normas claras desde el comienzo y recomienda contar con un manual o un protocolo de convivencia dentro de la oficina que especifique qué actitudes se deben promover y cuáles no. Lo ideas es tener una comunicación basada en consensos y sea de conocimiento de todas las personas que interactúan en un mismo espacio de trabajo.