Todo proceso de interacción resulta necesario para elaborar estrategias de trabajo. El coworking, a pesar de ser un sistema nuevo, no es ajeno al impacto de las nuevas tecnologías para comunicarse. Por ejemplo, los usuarios están todo el tiempo en las plataformas digitales (en especial desde los smartphones) tanto para buscar un empleo orealizar una compra.
Los conceptos de flexibilidad de horario, movilidad y comunicación permanente propician el desarrollo de redes digitales de colaboración. En cifras de Statista, hasta el 2017 existían 13,800 espacios de coworking online a nivel global.
[Coworking: un sistema que estimula la creatividad]
¿Cómo potenciarlo?
Sacarles el jugo a los espacios digitales. Dividir las funciones en las plataformas online para llegar de la manera más simple y clara a los usuarios. También en mostrar seguridad y garantizar la transparencia de los procesos a realizar.
Identificar a la comunidad. Herramientas como Slack permiten mostrar el medio perfecto para impactar en la gente lo más ‘humanamente’ posible. Así, analizaremos los diversos patrones de conducta y preferencias.
Diálogo constante. Acordar una fecha en la que se interactúe de acuerdo con los objetivos o intereses comunes.
Interacción social. Resultaría clave a la hora de ejecutar pautas de acción con los miembros de la comunidad de forma remota.
