Por Bruno Novella – Profesor de la cátedra de Dirección Estratégica de la Escuela de Postgrado de la Universidad del Pacífico
La tecnología, la innovación y los nuevos retos sectoriales obligan a que las empresas se transformen con mayor dinamismo y frecuencia. Las estrategias y los objetivos corporativos cambian. Las organizaciones suman la difícil tarea de hacer que los colaboradores hagan suyas las metas empresariales.
Lo importante es configurar acciones y procesos efectivos, que logren que los colaboradores se involucren en la estrategia de la empresa, para sumar esfuerzos en la consecución de los objetivos.
Genera procesos inclusivos de participación
Si entendemos que los cambios en la estrategia corporativa son pensados, gestados y gestionados por las personas, desde su diseño, es importante concebir procesos en los que participen los colaboradores. Se deben crear momentos y mecanismos mediante los cuales se evalúe el rendimiento, se compartan los logros, las metas, las nuevas perspectivas de crecimiento y se reciban sugerencias respecto al planeamiento estratégico y los objetivos.
Tendremos así planes inclusivos, que serán más viables en su ejecución porque los colaboradores los sienten suyos. Aunque es claro que este proceso de inclusión no se puede aplicar a todas las dimensiones del planeamiento, al menos es crucial involucrar al personal de áreas que serán claves en la ejecución de la estrategia corporativa.
Gestionar el talento orientándose a la estrategia corporativa
La tecnología, la regulación y las expectativas cambiantes del cliente desafían los modelos comerciales de las empresas y sus estrategias corporativas. Es casi una obligación contar e incorporar talento con nuevas habilidades alineadas a la innovación y a los objetivos empresariales, tanto de corto como de mediano plazo.
Además, es necesario un giro en la gestión de personas, la cual debe orientarse hacia desafíos de mayor gestión, cada vez menos operativos. El reto es involucrar a los colaboradores en el desarrollo de objetivos, para sostener los éxitos alcanzados y permitir el desarrollo de iniciativas innovadoras, que incluso puede que no se ajusten a la estructura actual de la organización.
Una buena comunicación de la estrategia corporativa
Saber comunicar los planes estratégicos y los objetivos de la empresa es vital para lograr involucrar a los colaboradores. Se debe asegurar que la información discurra por el canal correcto y no llegue a los colaboradores por terceros, corriendo el riego de recibir información incompleta y que pueda generar rumores.
Debemos de establecer canales en la dirección inversa; es decir que permitan que las inquietudes de los colaboradores lleguen a la Alta Dirección. La comunicación de los objetivos debe ser clara y puede usarse también para delegar las tareas de forma precisa, destacando la importancia del papel que cada colaborador desempeña.
Crear políticas de reconocimiento a los colaboradores
Un factor de mucho impacto para el involucramiento de los colaboradores es el reconocimiento. Reconocer los logros alcanzados y el cumplimiento de objetivos pasados revitaliza el ánimo del colaborador.
Establecer programas de reconocimiento incrementa el compromiso constante y una competencia positiva por el cumplimiento óptimo de responsabilidades, cooperación con el equipo y promoción de ideas innovadoras. Lo bueno se reconoce.
Trabajar de la mano de los mandos medios, un eslabón clave
Parte del éxito en la tarea de lograr que los colaboradores se involucren, depende de los mandos intermedios. Ellos deben ser el engranaje entre la Alta Dirección y los colaboradores, y formar redes efectivas de comunicación, por donde se comparta la información sobre el plan trazado por la empresa y mediante ellos se recolecte el parecer de los colaboradores. Lograr el compromiso de los mandos medios con los objetivos, será importante para un efecto replicador y de monitoreo.