Hacia finales del año más de un empresario no cuenta con el dinero suficiente para afrontar la compra de insumos u otras inversiones adicionales que se pueden presentar en estas fechas. A ello se suma el incremento de la demanda y el pago de gratificaciones u otras responsabilidades.
Asimismo, el cuarto trimestre es ideal para hacer un balance, revisar las metas anuales y esforzarse para alcanzarlas y superarlas. Se trata acaso de la última oportunidad para implementar estrategias afines al desarrollo de nuestros negocios y cerrar el año con buenas cifras. Es por ello que en diversos sectores económicos la temporada navideña es la mejor oportunidad para consolidar sus ventas e incrementar sus ganancias.
Es en este momento en que el factoring se presenta como una solución de dinero efectivo inmediato.
¿Qué es el factoring y por qué usarlo?
Se trata de una forma de financiamiento a corto plazo al que pueden acceder las empresas. Esta consiste en ceder los derechos de sus facturas a otra empresa, la que se encargará luego de cobrarla y retendrá un pequeño porcentaje por la operación, a cambio del servicio. En otras palabras, la empresa de factoring facilita la liquidez inmediata por una factura, otorgando el monto de dicha factura menos la tasa por el servicio; a cambio, se encarga de cobrar posteriormente el íntegro de la factura en cuestión.
La liquidez inmediata sin altos intereses ni el riesgo de endeudamiento con el sistema financiero son dos de los principales beneficios del factoring frente a los créditos comerciales convencionales. La dinámica del flujo de caja de la empresa es otra de las ventajas de esta opción.
El factoring es ampliamente empleado en diversos países con economías en crecimiento con grandes concentraciones de negocios, como la peruana. Tan solo en 2017, los exportadores locales se financiaron con factoring internacional por alrededor de US$ 354 millones, siendo Perú el país que más usa este instrumento en la región, seguido por México y Brasil con US$ 187 millones y US$ 137 millones, respectivamente, según BanBif.
En el Perú existe la ley N° 29623, la cual promueve el financiamiento a través de la factura comercial negociable y la posibilidad de transferirla como título de valor para operaciones de factoring. Es importante mencionar que el estado reconoce los beneficios de esta herramienta financiera, ello se evidencia en las recientes modificaciones de reglamentos y decretos que apoyan esta ley, dándole fuerza y solidez.
Todas las empresas proveedoras de productos y servicios pueden acceder a esta prestación.
En cuanto a las características de los servicios que ofrecen las empresas líderes en factoring, comenta el CEO de Perú y Latam de SRM, Rui Matsuda, “se destacan por la agilidad e innovación en sus servicios, totalmente digitales y con amplio soporte tecnológico. Además, deben mantener un flujo dinámico y seguro en el proceso de sus operaciones, a través de firmas digitales, no solo en el mercado nacional, sino también en el de las importaciones y exportaciones”.
En tal sentido, “las operaciones de comercio exterior siempre deben ser garantizadas y ser parte de algún grupo de factoring prestigioso a nivel mundial, que brinde cobertura de riesgo crediticio en diversos países y cuente con pólizas propias de aseguradoras de créditos”, explica Matsuda, cuya firma trabaja en coordinación con Coface Global Solutions, una aseguradora de crédito con presencia global.
Otros de los servicios asociados al factoring son el de cobranzas, análisis crediticio, control de facturas, operaciones de cambio, firmas electrónicas, entre otros.