Por Hugo Zegarra, docente de la Diplomatura de Coaching Profesional de la PUCP
Los cambios son constantes en la vida, algunas veces son deseados o necesarios y en otras ocasiones son inesperados, por ello es frecuente que despierten resistencia. Esta se genera porque cambiar o transformarse implica salir de la zona de confort, donde todo pasa según un orden ya establecido, conocido, amigable y seguro. Esto produce incomodidad y miedo a lo desconocido, al fracaso, a perder el estatus, al error. Esto último porque la educación tradicional castiga el error, mata la creatividad y cuadricula la forma de pensar.
Además, al tratar de pensar o actuar distinto a lo acostumbrado o a lo socialmente aceptado como válido, nos enfrentamos a cuestionamientos internos y personales y a comentarios de nuestros círculos más cercanos quienes nos tratan de ´proteger´ de los peligros que existen en lo desconocido.
Cambiar o transformarse implica crecimiento lo que conlleva a estirarse y esto en ocasiones duele, pero es necesario para evolucionar. En ese sentido, el Coaching Ontológico es una herramienta muy útil que favorece los cambios, debido a que:
- A través de un proceso conversacional, el coach ofrece preguntas poderosas que despiertan una nueva mirada en el coachee para diseñar un plan de acción concreto cuyo fin es lograr el resultado que desea.
- En las sesiones de coaching se invita al coachee a empezar a transitar por una zona desconocida previamente, la que tal vez lo pueda llevar al desarrollo que busca.
- Durante este proceso, el coach puede detectar los obstáculos que afectan el desempeño del coachee, mostrárselos y así diseñar un nuevo camino hacia el resultado deseado.
- El coaching permite plantear acciones que apuntan a lograr resultados nunca antes vistos por el coachee.
- Estas acciones se orientan a generar un cambio en el mundo externo del coachee y, a la vez, originar un cambio interno para transformase en la mejor versión de sí mismo.
Cuando la persona está dispuesta a cambiar, debe saber que es indispensable que el primer gran paso es que tome conciencia de que hay algo en su vida que necesita transformarse. Sin este paso no es posible el cambio, solo así se abren las puertas a las posibilidades. Acto seguido, la persona debe hacerse cargo, tomar la situación con responsabilidad, comprometiéndose con los aprendizajes necesarios y tomando las acciones necesarias para lograr el cambio deseado.
En cuanto a los cambios inesperados, como una desvinculación laboral, quien ha pasado por un proceso de Coaching Ontológico ha desarrollado las aptitudes para generar nuevas ideas, pensamientos y formas de ver una situación para diseñar nuevas posibilidades, caminos y conexiones que la hacen ser más eficiente en su proceso de transformación y ante cualquier evento que ocurra, ya sea con una planificación previa o sin ella.