Tener éxito en otro lado

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Por Inés Temple –  Presidente de LHH – DBM Perú 

A veces las personas, desde practicantes hasta gerentes, no están contentas en su trabajo. Y por eso no le ponen el 100% de su empeño, su creatividad o su buena onda a los encargos o los proyectos que les asignan, ni tampoco a sus responsabilidades.

Este descontento genera una productividad limitada, pocos logros de valor y, a veces, caras largas en general. Y el círculo vicioso se establece peligrosamente: no están contentos, por ende, no les va bien y esto los hace estar menos contentos aún. En situaciones como esas, muchas veces es mejor pensar en tener éxito en otro lado.

De igual forma, cuando la buena actitud y las ganas decaen, si uno no se siente valorado o reconocido difícilmente dará lo mejor de sí mismo. Eso impactará directamente en la percepción de otros sobre nuestro compromiso, lealtad y la calidad de nuestro trabajo.

Si uno no es capaz de remontar su descontento y de automotivarse poniendo las cosas en perspectiva, lo mejor es pensar en tener éxito en otro lado. Y es que estar infeliz en el trabajo puede afectar mucho la marca personal.

El no conseguir los resultados esperados por ese descontento que puede volverse pernicioso puede afectar la reputación y crear un callejón sin salida. ¿Quién podrá luego referir positivamente a alguien que no generó, no contribuyó o no logró los resultados esperados?

Cualquiera haya sido el origen de ese descontento, justificado o no, pasa a ser irrelevante. De cualquier forma, trabajar sin entusiasmo, compromiso o pasión puede ser, potencialmente, un harakiri para nuestra imagen y reputación.

Y puede hasta quizá borrar de un plumazo el recuerdo de todos los años en los que estuvimos contentos, con buena actitud y rindiendo bien. Para evitar situaciones como esas, es mejor definir cuanto antes nuestro plan para tener éxito en otro lugar.

¿Cómo hacerlo bien?

Lo mejor es no esperar a llegar al límite de nuestra paciencia y comunicar a las personas adecuadas nuestra decisión con suficiente tiempo e idealmente con mucha antelación. Y en el interín, tratar de cambiar la perspectiva y poner nuevo empeño en el trabajo mientras continúa el vínculo laboral.

Cumplir las metas y los encargos sin romper la comunicación con jefes y colegas es muy importante para facilitar una trasferencia de puesto ordenada, entrenar al reemplazo, etc. Mantener las buenas relaciones y la moral alta del equipo harán evidentes nuestra calidad profesional y personal.

La madurez y el profesionalismo con el que nos manejemos esos últimos días con todos y a todo nivel serán claves para nuestra marca personal y nuestra buena reputación. Y es que las referencias que se dan de nosotros vienen siempre asociadas a nuestras actitudes y comportamientos de los últimos días en el trabajo.

Ser leales, correctos, productivos, cálidos y con buena actitud en todo momento y, especialmente, luego de acordada la salida, será lo que nos permita salir por la puerta grande y alcanzar en otro lado todo el éxito que queremos y merecemos tener.

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