La tercerización u outsourcing se puede aplicar en cualquier tipo de empresa obteniendo un impacto positivo, ya que permite ahorrar costos, incrementar la productividad, minimizar los riesgos, variabilizar el costo fijo e incrementar la flexibilidad, además de permitirle a la organización enfocarse en su “core business”.
La decisión de externalizar un área de la organización pasa por determinar en qué momento es conveniente ejecutar a la interna una labor / servicio o, por lo contrario, externalizarlo. Para saber qué decisión tomar, Fernando Llosa, Director de Adecco Outsourcing, indica algunos factores que se deben tomar en cuenta:
- Costo total (costo de tercerizar vs el costo actual).
- Restricciones (headcount, riesgos laborales, sindicatos y dificultad para administrar la rotación).
- Nivel de especialización.
- Costos ocultos.
- Eficiencias colaterales a partir de la decisión de tercerizar una parte del proceso (reducción de recursos para controlar esa operación y para administrar ese personal).
- Factores adicionales propios de cada servicio / operación.
“El análisis de estos factores puede darse por diferentes métodos. En Adecco recomendamos colocar un peso a cada uno de los ítems y luego valorar las dos opciones, mantener la operación/ servicio o externalizarla. La opción que resulte con la mejor puntuación podría dar algunas pistas de qué es lo más conveniente”, indicó el ejecutivo de Adecco.
Además de análisis costo – beneficio, es importante determinar el área o servicio a tercerizar, el motivo y objetivo de hacerlo, identificar los aspectos técnicos y administrativos necesarios para ejecutar el proceso y seleccionar cuidadosamente la empresa tercerizadora. “Tomar en cuenta aspectos como la experiencia, especialización, logros en otros clientes, referencias y marco legal, garantizará el éxito del proceso de selección”.
De cara a los colaboradores, existen dos grandes retos luego de este proceso. El primero es lograr que el talento tercerizado se sienta parte de la empresa, es decir, se identifique plenamente con su empleador y quiera seguir formando parte de la compañía y no del cliente. El segundo es lograr que a su vez se identifique con el servicio que brinda al cliente y tenga ánimo de colaborar para que la cadena de abastecimiento sea más eficiente y el cliente final reciba el mayor valor posible.
Para Fernando Llosa, Director de Adecco Outsourcing, una manera de lograrlo es “es trabajar en un Co-Branding entre la empresa cliente y la empresa que brinda el servicio (tercerizadora). Una vez establecido esto, debemos trabajar en bajarlo a todos los niveles de ambas organizaciones, de tal manera que, sin perder su identidad cultural, puedan trabajar de la mano con un solo objetivo: maximizar el valor entregado al cliente final”.