10 tipos de trabajadores tóxicos que debes despedir

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Por: Tania Mendoza

Si ya has hecho de todo, desde asesorías hasta programas de training intensivos para mejorar la productividad de tu equipo y aún existen problemas, puede que algunos empleados sean los responsables de los fracasos. Los trabajadores tóxicos pueden colarse en el grupo y aunque se puede tomar medidas para dar un cambio de dirección, existen empleados tan negativos que llegan a contaminar todo el espacio laboral.

Muchas empresas tienen empleados buenos, pero que debido a su comportamiento podrían estar interfiriendo en el labor de los demás y creando ambientes insostenibles. Si en la empresa hay elementos que están interfiriendo en el desempeño de otros, es tiempo de tomar medidas.

Los expertos señalas a los 10 tipos de trabajadores tóxicos:

  • Los intocables

Se caracterizan por sus relaciones con altos mandos de la compañía y la cual utilizan para fastidiar a los demás, en otros casos debido a estas amistades buscan un trato especial que podría molestar a los demás. En grupos de trabajo se necesita de un trato igualitario, de lo contrario surgirán chismes y problemas de unión.

Este tipo de casos se da cuando el jefe, debido a la falta de tiempo, otorga el liderazgo a un miembro del equipo, el cual se sobrepasa con sus funciones y cruza la línea de la autoridad. Tanto es el nivel de presión que otorga que inclusive el líder es incapaz de despedirlo.

De haber un empleado con aires de superioridad es necesario conocer las causas, es mejor intervenir antes, para no generar malos entendidos en el equipo.

  • Los agitadores

Trabajadores tóxicos que gustan de generar chismes e insinuaciones dentro del grupo de trabajo, las desuniones constantes generan equipos poco leales y nada productivos. Mientras el líder se esfuerza por formar lazos y aumentar el nivel de confianza en los miembros, este empleado negativo observa la situación e inclusive podría estar hablando sobre el nivel de liderazgo del jefe.

Como líder tienes la misión de estudiar cada situación referente a los empleados ¿Hay constantes discordias en la oficina? Fija tu mirada en el que hace de intermediario o en el que va a ti a darte cada detalle.  Si a pesar de haber tenido una conversación sincera se sigue dando estas situaciones, las medidas tienen que ser más fuertes.

  • Los renegados

Los trabajadores tóxicos “catalogados” como renegados quieren hacer las cosas a su manera, a pesar de la asesoría y el entrenamiento constante estas personas no acatan las reglas, estas actitudes ponen en riesgo para la seguridad de la empresa y seguridad de los clientes.

  • Los perturbadores

Crean más problemas en el ambiente de trabajo de los que realmente solucionan, no solamente se tratan de pequeños errores sino de daños irreversibles para la empresa. Lo peor es que a pesar del tiempo estas prácticas siguen incrementándose, en estos casos es inevitable no pensar en el despido.

  • Los que no luchan por los clientes

De los clientes depende la estabilidad del negocio y sus ganancias, los empleados tóxicos que no luchan por mantenerlos no merecen estar en la empresa. Conseguir consumidores es una tarea difícil y es más arduo mantenerlos, se necesita de acciones concretas para ganarse su fidelidad: buen trato, servicio óptimo, paciencia, son diversos factores que no se pueden dejar pasar por alto.

  • Los vagos

A pesar de contar con todas las herramientas y asesorías necesarias hay empleados que no ponen de su empeño, convirtiéndose en miembros improductivos para la empresa. Hay que dejar claras las responsabilidades y recordar que se paga por trabajar.

  • El perdedor

Se trata de los empleados tóxicos fracasados por naturaleza, aunque estos trabajadores pueden cambiar a base de tiempo y tratamiento. Se caracteriza por no creer en sus habilidades, si ha sacado adelante un proyecto o ha realizado buenas ventas nunca creerá que se debe a sus méritos, este tipo de actitud en exceso puede saturar y lo peor de todo contagiarse en el resto del equipo.

  • El trepador

El que no se limita con tal de conseguir sus propósitos, su ambición desmedida no le hace medir sus acciones: hablar mal de compañeros, dejar en evidencia a los jefes, atribuirse trabajos que no le corresponden o boicotear a aspirantes. Los ambientes de trabajo que fomentan la competitividad son buenos, pero se necesita de un control para no caer en favoritismos.

  • El mal líder

El mal liderazgo es la base de un equipo fracasado, sin darnos cuenta los líderes pueden ser los trabajadores tóxicos más negativos de la empresa: alguien que no reconoce las fortalezas de sus empleados, que le da todo el trabajo a los demás, alguien que no se compromete con el trabajo, que se asocia los méritos sin haber ayudado, que no reconoce a sus empleados o no sabe delegar.

Los líderes deben comprometerse con el equipo y ser el engranaje de toda la máquina, entender que no son el centro de atención sino el gestor del grupo.

  • Los inseguros

Si sus términos más comunes son “no sé porque lo hice, “no intente decir eso” o “más bien digo que” estás frente a un trabajador inseguro. Se necesita determinación para salir adelante en un trabajo.

Las situaciones más desesperantes de tener empleados tóxicos

  • Más del 80% de jefes asegura haberse enfrentado con empleados conflictivos, que critican y contaminan el espacio laboral con sus manipulaciones.
     
  • El segundo comportamiento más molesto de los trabajadores tóxicos es la holgazanería, lo más común es que evaden su trabajo, evaden obligaciones y seleccionan las tareas más fáciles.
     
  • La tercera molestia de los jefes es la incompetencia, realizan mal las labores, no entregan los trabajos en el plazo estipulado y no siguen las instrucciones dadas.
     
  • Más del 30% asegura que ha tenido que lidiar con trabajadores que gustan de perder el tiempo, todo de forma intencional con la finalidad de no cumplir las tareas encomendadas. En estos casos incumplen horarios, charlan de más con los compañeros o tienen faltas frecuentes de manera injustificada.
     
  • Cerrando el ranking están los empleados arrogantes, con comportamientos soberbios, aquellos que son impertinentes con los jefes y buscan el protagonismo en el trabajo.

 

 

 

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