De acuerdo con el destacado jurista y magistrado del Tribunal Supremo Español, Antonio Sempere, la menor rigidez laboral no solo beneficia a las empresas sino también al sistema laboral moderno.
“La flexibilidad surge para mantener la protección de las personas que trabajan y a la vez conseguir la competitividad de las empresas. Pero lo óptimo es que los cambios se produzcan como consecuencia de pactos (entre empleador y trabajador) y que no se impongan por el Estado”, dijo.
En ese sentido, señaló que la pérdida del empleo no debe ser considerada como un drama, ya que el trabajador tiene derecho a una indemnización, un seguro de desempleo y una capacitación que permitirá un reingreso más fácil a otra empresa.
Protección real
De otro lado, el especialista sostuvo que la globalización de la economía de un país hace necesario el cambio en los paradigmas del derecho laboral, con el objetivo de lograr una protección real de las personas.
En el marco del foro organizado por la SNI, anotó que en un inicio el derecho laboral apareció en un mercado cerrado, donde los cambios empresariales eran muy lentos.
“Ahora, producto de la competitividad, es necesario abandonar esa idea, ya que si a la empresa se le obliga a mantener un puesto de trabajo existirá una legislación preciosa sin nadie a quien aplicarla”, opinó.
Fuente: Diario Gestión
