Por Alexander Mirke – Coordinador en Gestión del Conocimiento
El mentoring es una metodología que ha perdurado por años como herramienta para facilitar los procesos de aprendizaje. Actualmente es utilizado en ámbitos empresariales, en situaciones como retiros, transferencia de conocimiento técnico, fomento de competencias blandas o como mecanismo de adaptación de los nuevos trabajadores en la organización.
Se suele establecer como una relación entre dos personas, generalmente, una con gran experiencia y conocimiento en un campo del saber (mentor), y alguien que busca adquirir ese conocimiento (aprendiz). El propósito de esta relación es el crecimiento y desarrollo del aprendiz a partir de la adquisición de las habilidades y competencias asociadas a un desempeño sobresaliente en el campo de conocimiento de su mentor.
A continuación, se mencionan tres situaciones en las que el mentoring puede ser una buena opción para su empresa:
Adaptación a ambientes laborales
Se realiza a través de una modalidad del mentoring conocida como peer-level mentoring. Es una técnica que se aplica para facilitar la adaptación de las personas al nuevo ambiente laboral. Consiste en asignar a un colaborador del mismo nivel jerárquico, sin importar el área, que acompañe el proceso de ingreso de la persona en la empresa. Se espera entonces que el mentor guíe y aconseje a su aprendiz con el fin de reducir la curva de aprendizaje
Manejo de emociones para potenciar habilidades blandas
Existen habilidades que son desarrolladas en la práctica y a través de la exposición a situaciones puntuales. Por eso es que la experiencia de los mentores les permite a los aprendices tener un autoconocimiento sobre las mismas. Una de las tareas del mentor es motivar la reflexión en su aprendiz, incentivándolo a mejorar sus habilidades, lo que en definitiva facilitará el proceso de toma de decisiones.
Otra forma de trabajar dichas emociones es a través de la exposición acompañada a situaciones que demanden cierto grado de desarrollo emocional como reuniones o presentaciones con clientes.
Cerrar brechas generacionales
Una de las herramientas que puede ayudar a lograr afianzar la relación entre los grupos generacionales que confluyen en las empresas es precisamente una modalidad del mentoring conocida como reverse mentoring. En esta modalidad el rol de mentor se alterna, permitiendo a los aprendices instruir a su mentor en temas en los que tienen un sólido conocimiento.
La generación millennial, por ejemplo, podría instruir a mentores babyboomer en manejo de redes sociales o de nuevas tecnologías de la información para facilitar el contacto con clientes. Esta dinámica de doble vía propicia la disposición de los expertos a ser mentores y también favorece una relación más fluida entre ambos.
Consejo: elección cuidadosa de los aprendices
La selección de los aprendices debe ser cuidadosa. Ser mentor implica una responsabilidad adicional que demanda tiempo, experiencia y talento. Por esta razón, si se quiere sacar el máximo provecho del mentoring se debe escoger aprendices responsables, curiosos, organizados y eficientes que sepan aprovechar la experiencia de sus mentores.
Es clave seleccionar personas con las competencias requeridas en un nivel de desarrollo adecuado, con el fin de aprovechar al máximo el programa. Algunas de los métodos que pueden ser usados son: los assesment centre, entrevista de incidentes críticos o la evaluación por medio de software.
Las empresas han empezado a ver el mentoring como una metodología que puede nutrir sus procesos de capacitación y gestión del conocimiento, pues logra una reducción considerable en la curva de aprendizaje de los colaboradores y se enriquece el capital humano. Sin lugar a duda, se trata de un aliado a la hora de hacer más eficaces los a veces complicados procesos de gestión humana.
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