Muchas veces los trabajadores cometemos errores en nuestro centro de labores, sobre todo al momento de querer mostrar nuestro compromiso y productividad dentro del equipo. No obstante, hay grandes diferencias entre esas equivocaciones habituales o tolerables de aquellas que pueden poner en peligro nuestro puesto.
Asimismo, estos errores pueden ponerte a prueba no solo como compañeros de trabajo, sino como persona digna en quien confiar.
En ese sentido, revelamos los peores errores que puedes cometer en el trabajo y que pueden provocar incluso tu salida de la organización:
- No cumplir con tus labores
Cuando aceptas trabajar te comprometes a realizar las tareas de la mejor manera, pues se supone que indicaste que estás calificado para cumplirlo. Si no tienes las herramientas para ello (y la compañía no lo sabe) y si no eres capaz de cumplir con lo encomendado, corres peligro.
- Traicionar a tus compañeros
En algunas ocasiones, el trabajador cae en el error de pensar que, en un trabajo, solo está comprometido con los jefes o gerentes, pero no es así. Cuidar tu relación con tus compañeros y tus superiores es tan importante como realizar todas tus labores diarias. Jamás participes en chismes ni tomes decisiones deshonestas que puedan poner en riesgo tu reputación y tu don de gente.
- Ser irrespetuoso
Es evidente que el respeto es lo que todo trabajador debe profesar dentro de su espacio laboral. Asimismo, es un hecho que las conductas inapropiadas como el acoso y el mobbing no debes transgredir. Sin embargo, existen los comportamientos tóxicos que a veces rozan lo anterior pero que suelen estar más permitidos. Es mejor que no critiques a tus compañeros, ni hagas comentarios frívolos sobre ellos o su aspecto.
- Ser incorrecto
Está relacionado con ser irrespetuoso, pero de cierto modo es más sutil. Los códigos de conducta en las empresas están para algo, y aunque cada vez son menos rigurosos, hay que cumplir con unos mínimos.
- Apropiarte del mérito de otro
Es uno de los más graves errores que puedes cometer en el trabajo. Con ello puedes boicotear la relación con tus jefes y con tu equipo. Solo piensa en la persona que logró hacer el trabajo del que tú te apropias, ¿cuánto tiempo y esfuerzo le debe haber costado? No caigas en ello por ambición ni omisión; decir que ese logro no es tuyo te hará mejor compañero.
- Decir mentiras
La comunicación y la honestidad son la clave. Trabaja para ser siempre sincero y transparente con tus superiores y colegas. Al menos en lo estrictamente profesional. De otro lado, reconocer que te has equivocado (o comunicarlo antes de que se enteren) te hará alguien digno de confianza.
- Ser demasiado negativo
Esta actitud puede afectar a cualquier persona que esté en nuestro entorno. Te han contratado para hacer el trabajo más fácil a la compañía, no para malograr el ambiente, así que intenta volcar tu frustración en otros lugares. Y si es por cuestiones ajenas al trabajo, intenta resolverlas fuera él.
- Sufrir un ataque de ira
En el trabajo, todos estamos en mayor o menor medidas sometidos a estrés, y en los peores momentos, es difícil no colapsar o vivir alguna crisis en horas laborales. Debemos evitarlo por todos los medios, sobre todo si existe el riesgo de que suframos un ataque de ira y hagamos algo irreversible.
- Hablar mal de tu empresa
Así como es importante respetar a tus jefes y compañeros de trabajo, debes seguir esa misma línea cuando se trata de la organización. No hables mal de tus jefes ni de tu empresa, ya sea mientras estás trabajando para ellos o cuando te hayas ido y tengas entrevistas en otros lugares. Causarás una impresión nefasta en tus empleadores, actuales y futuros.