Estrategias para líderes en contextos de crisis

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Por Paula Molinari – fundadora y presidente de Grupo Whalecom

En muchos ámbitos, ciudades, países de la región y en el mundo en general se están viviendo situaciones económicas y sociales complejas que afectan los ánimos de todos y que nos conectan con los miedos.

El miedo es una emoción básica que nos une a nuestro pasado evolutivo y dispara una amenaza. Muchas veces, inclusive antes de que aparezca el miedo, ya se pueden sentir en el cuerpo algunos cambios vinculados a la ansiedad, que es justamente la sensación que se origina al pensar algo que nos genera temor. En este escenario los mandos medios necesitan aprender a manejar las exigencias de los directores/jefes y las inquietudes de sus colaboradores. 

A continuación, compartimos algunas estrategias que pueden ser de utilidad.

  1. Juntarse: la primera táctica reside en pensar que, así como uno siente esas dos emociones, el resto del equipo también las siente. Asumir eso, activa la cooperación. Todos tenemos miedo y compartir hace bien porque disparamos hormonas como la oxitocina que nos hacen sentir bien. De nada sirve decir «hago como si no me pasa nada», siempre es mejor conversar acerca de los miedos y encarar acciones para el buen clima laboral.
  2. Entender el poder del pensamiento: muchas de las emociones que tenemos están disparadas por el pensamiento. En una situación de complejidad es nuestro pensar, el que empieza a generar escenarios inciertos y a “enroscarnos con eso”. Muchas veces sin asidero. Eso dispara nuestros niveles de ansiedad. Está demostrado que la meditación estabiliza. Otra técnica es dejar reemplazar el pensamiento negativo por uno que te conecte con pensamientos positivos. Por último, y retomando el punto anterior, otra forma consiste en juntarse con otras personas para tener otros puntos de vista, cambiar ese escenario temido por una acción e ir a la búsqueda de opciones.
  3. Hacer ejercicio, dormir y reírse: una reciente investigación acerca del liderazgo dentro una manada de monos, descubrió que quien lidera un grupo, siempre tiene que estar ubicado en el centro. De esta manera, el resto de los monos, cada 3 segundos levantan la vista y si ven que su líder está tranquilo siguen adelante. Si se inquieta, aumentan los niveles de ansiedad de todos. La misma investigación buscó responder por qué determinado sujeto dentro de la manada ocupaba el lugar del líder y reveló que quien ocupa este rol es el que tiene la capacidad de autorregular los niveles de serotonina, más conocida como la hormona de la felicidad. Esto le permite tener una estabilidad emocional frente a una situación de crisis. Estar calmos y que los otros nos vean calmos. Para generar buenos niveles de serotonina la clave es hacer ejercicio físico, dormir bien y aprender a relajarse, a meditar, o practicar cualquier actividad que nos ayude a estar tranquilos. Por último, la risa cumple un rol clave, reírse siempre nos hace bien.
  4. Comunicación: en un entorno adverso, los líderes tenemos que volvernos comunicación-intensivos. De acuerdo con una famosa investigación realizada por la Doctora Kubler Ross, la primera emoción que surge ante una situación de crisis es la parálisis. La segunda es la negación. Luego se dispara la ira y el miedo. Después, cuando asumimos que estamos instalados en algo por lo que no vale la pena enojarse empieza la curva. Solo cuando asumo y me hago cargo del contexto es cuando la curva emocional se empieza a conectar con emociones positivas y empiezo a negociar.
    Este camino, muchas veces lleva su tiempo. Entonces, ¿cómo hago para que mi equipo llegue rápidamente a las emociones positivas? Juntando a la gente y trabajando en escenarios posibles con información. La gente necesita tener perspectiva, escenarios completos y opciones. Una vez que los tengo puedo hacer planes para empezar a transitar la esperanza. Lanzarnos al futuro nos hace mejor, ya sea en el mejor como en el peor escenario.
  5. Liderazgo técnico vs. liderazgo adaptativo: una última distinción acerca de la que vale la pena reflexionar, es la diferencia entre el liderazgo técnico (que es el que resuelve problemas utilizando metodologías conocidas) y el adaptativo que es aquel que surge por primera vez cuando modifican el contexto y se requiere soluciones nuevas. Se trata de un pensamiento innovador con el equipo y no hay que perderlo de vista. Es importante darles espacio a las eventualidades y no hacer que el problema técnico ocupe toda la agenda porque se puede tapar el verdadero problema.
Paula Molinari

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