Por Iris Reyna Sánchez Aizcorbe (Perú), Profesora de Habilidades Directivas en la PUCP y Directora Ejecutiva de 3C Consultores en Cultura Corporativa
El taller de preparación para la potencial pandemia del SARS fue una experiencia increíble para mí, por lo que comparto algunos aprendizajes que les pueden ser de utilidad.
En ese momento, la potencial pandemia del SARS estaba en Fase 4 de 6[1] así que era tiempo de analizar los riesgos, generar planes de acción e iniciar la preparación de la respuesta ante la potencial pandemia.
Debíamos imaginarnos que la pandemia ya había llegado y que teniamos que seguir operando. Y aquí van mis aprendizajes, tratando de mantener el orden en que se llevó el taller (pues la secuencia es importante):
- Fue un taller con participantes muy diversos ya que cada área de la empresa tenía diferentes funciones y necesidades. Es muy fácil no ver detalles clave de áreas que no se conocen bien.
- Primero se vieron los puestos clave: ¿quién debe venir a la oficina en forma imprescindible? En nuestros caso resultaron siendo: la persona de seguridad, el portero, la persona de limpieza, la recepcionista y alguien de TI.
- Luego se revisó quiénes podían trabajar de casa: todos los demás. Eso sí, se debía asegurar que tuvieran laptop, internet, acceso a los sistemas y algunos detalles más.
- Seguido se pasó a la operación en sí ¿Qué podía suspenderse y qué debía seguir operando? Aquí se vieron varios proyectos y funciones cuya suspensión no implicaba efectos negativos severos. Todo lo no indispensable debía parar; en particular lo que implicaba desplazamientos, viajes. Y lo que no podía parar se debía intentar virtualmente.
- La parte más dura fue el esenario en que las personas se enfermaban o morían y ya no podíamos contar con ellas ni desde casa. Esta parte tomó la mayor parte del tiempo. El problema principal aquí fue quién tomaba las decisiones, quién firmaba los cheques, quién aprobaba la planilla, quién comunicaba, etc. Debíamos encontrar potenciales reemplazos para cada uno de los puestos claves y, como parte del plan de preparación, que fueran entrenados para el eventual caso que tuvieran que asumir el rol.
- Finalmente, tuvimos una lluvia de ideas sobre cómo la empresa podía ayudar a sus empleados y a sus familiares. Algunas ideas útiles fueron: mantenerlos comunicados con lo último de las acciones de salud, conseguir mascarillas y otros insumos al por mayor, estar preparados para dar adelantos y préstamos.
Por lo que han leído, pueden deducir que el tipo de operaciones que realizaba la empresa podía hacerse virtualmente. Este no es el caso de las empresas industriales quienes además de las complejidades anteriores, no pueden operar sin gente in situ.
En los días más difíciles de una pandemia las industrias suelen parar sus operaciones. Por ejemplo, a raíz del brote de Coronavirus, en China pararon muchos fabricantes mundiales de automóviles, incluidos Hyunday, Tesla, Ford, Nissan, así como, muchas corporaciones multinacionales[2]. Aquellas organizaciones que no pueden parar, como hospitales, supermercados, etc. requieren tener prácticas sanitarias extremas; para lo cual también hay que prepararse.
Este tipo de preparación no solo se aplica a una potencial pandemia sino a cualquier tipo de riesgo. Puede tratarse de cambios climáticos, huracanes, terremotos, disturbios sociales, etc. Como digo siempre en mis talleres “Mientras más preparado estés, menos dejarás a la suerte”.
[1] Fases de una pandemia según la OMS, 1 es la más leve y 6 indica que se aproxima una pandemia global
[2] https://www.businessinsider.es/consecuencias-coronavirus-cierre-fabricas-perdidas-empresas-587053
Sobre el autor:
Iris Reyna Sánchez Aizcorbe (Perú)
Especialista en Gestión de la Cultura Corporativa, Clima Laboral y Desarrollo del Talento con más de 25 años de experiencia. Ocupó posiciones de gerencia en recursos humanos para Sudamérica; principalmente en ExxonMobil, Oxfam Gran Bretaña e Hipermercados Tottus. Asimismo, desde el año 1994 facilita talleres de desarrollo de habilidades blandas y liderazgo para diversas empresas y, en los últimos años, ha sido profesora de post-grado y maestría en Centrum Católica. Actualmente es Profesora de Habilidades Directivas en la Pontificia Universidad Católica del Perú y Directora Ejecutiva de 3C Consultores en Cultura Corporativa.