Las personas que ingresan a las redes sociales en horarios de trabajo dedican a esta actividad, en promedio, 40 minutos diariamente, según dio a conocer la consultora londinense Morse. De hecho, eso constituye un costo elevado para los empleadores, pues se estima que en Reino Unido dicho costo alcanza los 1500 millones de euros al año.
No solo se trata de tiempo que la empresa pierde en términos de horas-hombre, sino que en el caso de las pequeñas empresas, el ingreso a las redes sociales roba ancho de banda de la compañía, lo que inevitablemente se traduce en un incremento de costos fijos.
Ante este hecho, un gran número de empresas han tomado la decisión de prohibir y cerrar el acceso a las redes sociales en horas de trabajo.
En efecto, la consultora Robert Half Technology revela que el 54% de las empresas estadounidenses tiene bloqueado el acceso a las redes sociales como Facebook o Twitter. La investigación realizada por Robert Half Technology concluye que tan sólo un 10% de las firmas americanas permite el uso total durante el horario laboral, el 19% permite el uso de las redes sociales siempre que sea para fines comerciales y el 10% dan carta blanca a sus empleados para navegar por Internet.
Pero existen otros estudios que arriban a conclusiones muy diferentes. Es el caso de
Uno de los que defiende este punto de vista es Enrique Dans, profesor del Instituto de Empresa, quien critica el estudio realizado por Morse. «Morse se limita a multiplicar horas de uso por sueldo medio de un trabajador y a generar una cifra efectista para los titulares», señala Dan en su blog. Ello contrasta con el de
La razón para esta mejora de productividad sería debido a que las pequeñas pausas en el trabajo ayudan a mejorar la concentración. «Los pequeños descansos mentales resultantes de cuestiones como refrescar la página en tu red social, actualizar Twitter, charlar un rato en mensajería instantánea, leer el periódico, ver un vídeo o hacer una compra permiten al cerebro descansar brevemente de su tarea habitual y volver a ella con concentración renovada», concluye el profesor del Instituto de Empresa.