Integrar la discapacidad: Beneficios sociales y empresariales

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Por José Andrés Elizaga Corrales (España), Director de Comunicación de Grupo Clece

Los beneficios de contar con personas con discapacidad no sólo pasan por la percepción positiva, sino que influyen positivamente en el funcionamiento

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Rosa María tiene una discapacidad física que afecta principalmente a su espalda y sus pies. Actualmente lleva tres años prestando servicios de limpieza en una residencia para mayores en Madrid. Un empleo con el que no sólo ha “encontrado una estabilidad” profesional, también una familia. Como ella misma dice, “la encargada es casi como mi madre”. Inmaculada tiene discapacidad sensorial con pérdida total de audición. También siente su trabajo como algo que trasciende lo estrictamente profesional. Desde 2011 es auxiliar en el Servicio de Ayuda a Domicilio (SAD) de Málaga. “Las abuelitas a las que cuido son como mi familia”, afirma. En el caso de Matilde, trabajadora con discapacidad, su empleo prestando servicios de limpieza en un colegio de Avilés es una “satisfacción personal” que le ha “abierto la puerta al mundo”.

Rosa María, Inmaculada, Pilar… Trabajadoras con discapacidad que han encontrado una oportunidad para integrarse laboralmente. Casos reales de la labor llevada a cabo por un Centro Especial de Empleo, puesto que estas tres personas han llegado a Clece de la mano de Grupo Integra, Centro Especial de Empleo (CEE), cuya razón de ser es promover la integración en el mercado laboral de personas con discapacidad física, psíquica o sensorial, trabajando al mismo tiempo en el campo de la inserción laboral y en el de la sensibilización social. Una labor con un claro beneficio social, como queda patente en las vidas de estas personas, que han encontrado en el trabajo una vía fundamental de integración, de independencia y autonomía.

Un beneficio para toda la empresa

Junto al beneficio social, la labor de los Centros Especiales de Empleo también conlleva importantes beneficios empresariales para aquellas compañías que apuestan por la contratación de algunos de sus servicios a los Centros Especiales de Empleo. Beneficios que se expanden por toda la empresa alcanzando ámbitos claves de la misma como el jurídico, el social, los Recursos Humanos, la producción o las finanzas.

Empecemos por el ámbito jurídico. En este ámbito, el Centro Especial de Empleo ayuda a las empresas a cumplir con lo dispuesto en la Ley de Integración Social del Minusválido (LISMI) que obliga a las empresas, tanto públicas como privadas de más de 50 empleados, a reservar el 2% de su plantilla a colectivos con discapacidad. A pesar de ser un imperativo legal, más de la mitad de las empresas de estas características, no cumplen con esta normativa. Entre otros motivos, por desconocimiento, prejuicios o incluso por los elevados costes de adaptación de infraestructuras que puede suponer. En estos casos existen medidas alternativas para ayudar a conseguir este compromiso. Una de ellas pasa por la contratación de Centros Especiales de Empleo que se encargan de la selección y contratación de personas con discapacidad para integrarlas en la actividad de la empresa, sin necesidad de que ésta haga la contratación directamente.

Pasemos al ámbito de la responsabilidad social, por el que es importante entender que contar con personas con discapacidad en plantilla supone un compromiso voluntario, en apoyo de los colectivos más vulnerables y por la igualdad de oportunidades. En el caso concreto de Clece, además se alinea perfectamente con nuestro compromiso social, puesto que uno de los ejes principales es la integración laboral de personas con discapacidad. De hecho, nuestra plantilla actual, formada por cerca de 70.000 empleados, integra 3.867 empleados procedentes de este colectivo.

Esta forma de contribución social, de evolucionar a la vez que evoluciona la sociedad y ayudar a su desarrollo repercute indirectamente en la mejora de la imagen corporativa. Pero los beneficios de contar con personas con discapacidad en la estructura empresarial no solo pasan por la percepción positiva de la empresa, sino que influyen positivamente en el funcionamiento y productividad de la misma. El clima y rendimiento laboral mejoran ya que el sentimiento de superación de las personas con discapacidad ofrece un estímulo extra al resto de la plantilla, valorando positivamente el esfuerzo y las ganas por vencer las propias limitaciones. Es decir, ayuda al desarrollo personal de todos los trabajadores. A su vez, ayuda a la resolución de problemas, al contar con una amplia variedad de puntos de vista.

Por último, cabe mencionar los beneficios que supone para el ámbito financiero. Basta con decir que se trata de una inversión rentable. Contratar a personas con discapacidad ayuda a posicionar a la empresa en el mercado, favoreciendo la contratación de la misma, y otorga a las compañías beneficios fiscales, bonificaciones y/o subvenciones.

Desde la amplia experiencia de Clece en la integración de trabajadores con discapacidad y desde la satisfactoria colaboración con Grupo Integra CEE, insistimos en el doble beneficio de la integración laboral promovida desde Integra. Un beneficio social, con nombres y apellidos, historias personales como las de Rosa María, Inmaculada o Pilar. Un beneficio empresarial que se traduce en numerosas ventajas. Entre las principales, un mayor alcance de la acción social, una mejora del clima laboral, una reducción de costes o el cumplimiento de la LISMI.

Un doble beneficio, social y empresarial, que debemos divulgar para fomentar la integración laboral de la discapacidad.

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