Mujeres centennials en el trabajo: avance desigual en tiempos de cambio

Por Sebastián Ausin, Country Manager Perú de Buk

La Generación Z está redefiniendo el mundo laboral, pero para las mujeres de esta generación el avance sigue siendo desigual. Si bien buscan ambientes laborales positivos y oportunidades de desarrollo, continúan enfrentando barreras estructurales que limitan su crecimiento. La “Radiografía de las Mujeres en el Trabajo 2025” de Buk pone cifras a una realidad que muchas trabajadoras jóvenes viven día a día: la equidad de género en el empleo sigue siendo un desafío pendiente.

Uno de los datos más contundentes es la diferencia en el acceso al empleo. Aunque la tasa de desempleo entre mujeres y hombres jóvenes es prácticamente la misma, la brecha se hace evidente en el porcentaje de mujeres que ni estudian ni trabajan: un 28.1% frente al 13.1% de los hombres. Es decir, las mujeres centennials tienen menos oportunidades de ingresar y permanecer en el mercado laboral. Esta desigualdad no solo refleja una falta de acceso, sino también las dificultades para conciliar vida laboral y personal en un entorno que sigue castigando la maternidad y priorizando esquemas rígidos de trabajo.

En este contexto, la flexibilidad laboral es un factor relevante. Mientras que el 41% de los hombres prioriza el salario, el 40% de las mujeres opta por la flexibilidad. No es una coincidencia: para muchas, la posibilidad de adaptar sus horarios es la única forma de mantenerse en el mercado laboral sin renunciar a sus otras responsabilidades. Sin embargo, la flexibilidad no puede ser un beneficio exclusivo de ciertos sectores o niveles jerárquicos, sino una norma generalizada que permita a las mujeres desarrollarse sin restricciones.

Otro aspecto en que las mujeres siguen presentando obstáculos es el acceso al liderazgo. Las mujeres que logran ascender a puestos directivos no solo enfrentan una brecha salarial mayor (26% en Perú, la más alta de la región), sino que también renuncian con más frecuencia que sus pares hombres. Un 65% de las líderes peruanas ha dejado su puesto, en comparación con un 57% de los hombres. ¿La razón? Condiciones de liderazgo poco favorables, falta de crecimiento y compensaciones insuficientes. La contradicción es evidente: las empresas quieren diversidad en la alta dirección pero no ofrecen las condiciones necesarias para retener a sus líderes femeninas.

El informe de Buk también muestra que la maternidad sigue siendo un factor determinante en el éxito profesional de las mujeres. Mientras que el 60% de los padres que piden un aumento salarial lo obtienen, solo el 42% de las madres logra lo mismo. Esta disparidad perpetúa la brecha salarial y refuerza un mensaje dañino: la maternidad es un freno para el crecimiento profesional.

El panorama es claro: la Generación Z está impulsando cambios en la forma de trabajar, pero para las mujeres de esta generación el avance no es equitativo. Si las empresas realmente quieren construir un entorno laboral más justo, deben transformar considerar estos datos para ejecutar planes de acción concretos. No basta con diagnosticar el problema; es necesario implementar políticas de equidad salarial, flexibilizar esquemas de trabajo y eliminar los sesgos en ascensos y aumentos salariales.

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