Por Daniel Colombo – Master Coach especializado en CEOs, alta gerencia, profesionales y equipos de trabajo
Como sucede cada fin de año, la vida personal y profesional suelen volverse un caos: compromisos, reuniones, cierres del año fiscal, proyectos a medio hacer, las compras y la organización de las celebraciones familiares y con amigos. Es inevitable sentirse estresado, en parte por la vertiginosidad que adquieren especialmente esos días, y además, por el cansancio acumulado del año.
Hay aspectos culturales que influyen en esta sobrecarga, entre ellos, el querer llegar a cumplir con todo y todos; la exigencia interna o ajena de cerrar temas que requerirían mayor tiempo; alcanzar metas comerciales; incertidumbre acerca de la renovación de contratos; la sensación de que si no lo hacemos ahora, mañana será tarde; y, por debajo, el hilo invisible de los balances en las distintas áreas de la vida.
A continuación te presentamos 10 estrategias para prevenir el estrés en esta época:
1. Sí al balance, razonablemente
Es importante hacer una recapitulación de los hitos del año, aunque no es conveniente cargar las tintas sobre lo que nos falta. Te sugiero focalizarte en agradecer por lo que sí hemos experimentado y aprendido. Ante situaciones dolorosas del año, buscar ayuda profesional y trabajar internamente en resignificar para darle un nuevo sentido a esa experiencia.
2. Evitar las polaridades bueno / malo
Cada vez que te colocas en un extremo poniendo calificando y rotulando todas las vivencias, aparece un juicio subjetivo, incluso, una tendencia a exagerar sobre todo en lo que consideras como negativo. La recomendación es ser más equilibrados, hacer una lista de las cosas buenas vividas en cada ámbito de la vida, y otra en donde coloquemos las dolorosas como experiencias, específicamente sobre qué aprendiste de aquello.
3. Planificar con tiempo
En muchas empresas dejan todo para último momento; por ejemplo, la planificación anual por áreas. Este es un proceso que lleva tiempo, y querer resolverlo en unos pocos días escapa de lo sensato. En lo personal, las celebraciones, encuentros, días con amigos y familia, sería ideal programarlos para evitar perder espacio personal. Haz acuerdos anticipados, establece a qué celebraciones irás, sin necesidad de querer estar en todas. Verifica las políticas en tu trabajo acerca de días de fiesta, para colocarlas en tu agenda. Releva con los interlocutores clave cómo trabajarán esos días festivos, para ajustar tus acciones de trabajo a una programación que resulte de mutua conveniencia.
4. Evitar discutir por temas del pasado
Por preponderancia de los balances internos y del entorno suelen aparecer rencores, culpas y resentimientos de vieja data. Si son fundamentales para tu salud y la sana convivencia, puedes establecer charlas sinceras y honestas. De lo contrario, es una buena etapa para soltar y seguir adelante. Esto incluye ser directo sin agredir evitando caer en la falsedad encubierta de buenos deseos navideños.
5. Programar un festejo inclusivo
Cada vez más las organizaciones conviven no sólo con distintas generaciones. Si te encargas de organizaciones internas, e incluso a nivel familiar, debes tener en cuenta a las parejas de los colaboradores si hay festejos abiertos, alimentación adecuada para personas con dietas especiales, alergias y todo tipo de cuestiones especiales. Recuerda también considerar a las personas que pasarán las fiestas trabajando: ellos también merecen celebrar.
6. Determinar objetivos razonables
Otro tema de fin de año con las metas personales y profesionales. Quizás las hayas cumplido y superado; aunque posiblemente quedaron algunas en el camino. Piensa tu plan de metas del nuevo año como un proceso, y divídelas en mini-metas que podrás alcanzar más rápido. Deben ser creíbles, medibles, concretas y sostenidas en el tiempo. Es preferible que te plantees dos o tres propósitos sensatos, a tener una lista interminable que acabará por abrumarte.
7. Estructurar la operación de días críticos
En las empresas, los días festivos necesitan planificación especial de turnos, horarios, guardias, asuetos, provisiones, atención automatizada, y hasta equipos de refuerzo. Se recomienda realizar al menos dos reuniones cortas específicas para diagramar estos esquemas, establecer niveles de responsabilidad, supervisar el cumplimiento, y comunicarlo a toda la organización en forma clara y efectiva.
8. No dejar todo para último momento
Saludos, tarjetas, llamados, festejos con clientes, mensajes de agradecimiento, deben estar programados en la agenda de cada colaborador. Para esto tendrás que proveer a toda la empresa de los elementos para llevar adelante esta tarea como máximo diez días antes de las fiestas. Si organizas un evento con distintos públicos, es necesario llevar un cronograma que evite superponerse con acontecimientos dirigidos a la misma gente.
9. Mantener equilibrio entre lo profesional y lo personal
El estrés de fin de año aparece también por la imposibilidad de sostener una vida equilibrada entre los compromisos y las jornadas laborales, con lo personal. Pon límites; di que no en aquellas situaciones donde no sea imprescindible que estés; incluso puedes alternarte con otros colegas la representación de la empresa en eventos a los que sean invitados. Dedícate un tiempo para ti: gimnasio, caminar, estar al aire libre, en familia y con amigos; evitar la ingesta exagerada de alcohol y comer en exceso, mantener las 8 horas de sueño por día, más una buena hidratación con agua, ayudarán a que sobrelleves mejor el estrés de esta época.
10. Desconectarse en vacaciones
Si tomas tu descanso anual, establece un protocolo para dejar todo organizado antes de tu partida. Determina el equipo de back up que te reemplazará esos días; programa un auto respondedor en el correo electrónico; haz listas de pendientes categorizados en urgente e importante, para dejarlas a los colegas. Determina sólo una persona que podrá comunicarse contigo por urgencias reales durante tu descanso.
Fuente: Entrepreneur