Administración de Carrera

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Por Gerardo Hurtado, Revista Business

La trayectoria de un profesional no puede ser dejada al azar. En un mundo laboral cada vez más competitivo, es preciso planificar los pasos que debe seguir todo ejecutivo para avanzar en el mercado de trabajo. ¿Cómo hacerlo?

“Proceso continuo por el cual un profesional establece sus metas de carrera e identifica los medios para alcanzarlas”. Tal es la definición del término Administración de la carrera. Ojo: las carreras individuales y las necesidades organizacionales no son cosas separadas y diferentes. Las empresas deben ayudar  a los empleados en la planeación de su carrera para que puedan satisfacer las necesidades de todos.

¿Cómo gestionar óptimamente la propia carrera profesional? Business conversó al respecto con tres destacados investigadores y académicos.

Forjar una Carrera. “La Administración de Carrera implica determinar cómo forjar y refinar una carrera, armonizando lo que uno valora con lo que uno hace bien”, señala Edgardo Loret de Mola, Director Ejecutivo de DBM. Añade que el modelo DBM consta de siete pasos. El primero de ellos es la autoevaluación del prospecto.

“Tienes que evaluarte a ti mismo, porque si uno quiere vender un producto, lo primero que tiene que hacer es conocerlo. Al hacer un plan de administración de carrera, lo que se está haciendo en el fondo es un plan de venta del producto que es la misma persona”, apunta Loret de Mola.

Uno debe preguntarse qué le gusta o qué le gustaría hacer ahora o dentro de 20 años. Eso es importante. Tras contestar esa interrogante, el prospecto debe preguntarse qué es lo que necesita para hacer eso que le gusta, qué destrezas posee o cuales tiene que adquirir.

El segundo paso, según nuestro entrevistado, es saber cuáles son nuestras metas y objetivos; el tercero, alinear nuestros objetivos con el mercado laboral, ver si hay demanda o en todo caso cómo la creamos; el cuarto paso es evaluar el mercado; el quinto, fortalecer destrezas; el sexto trazar planes de acción; finalmente, el séptimo es evaluar todo lo que hemos logrado o lo que nos falta alcanzar.

Tres Pasos. Para el doctor Armando Valdés Garrido Lecca, Jefe del Departamento Académico de la Facultad de Ciencias Administrativas y Recursos Humanos de la Universidad de San Martín de Porres, son cuatro los pasos que implican una buena administración de carrera.

“Uno de ellos es tener conceptos claros de lo que realmente se quiere lograr en el desarrollo de nuestra carrera profesional; otro es saber planificar nuestra actuación, sobre la base de la proyección profesional que nos puede asegurar la institución donde trabajamos. En el caso de ser independiente, debemos tener la capacidad de alcanzar determinados logros en base a la visión que no hemos trazado”, indica Valdés Garrido Lecca.

El tercer paso: el prospecto debe saber inventariar y ser consciente de sus capacidades, tanto positivas como negativas, de tal forma que potencie lo positivo y destierre lo negativo. Finalmente el cuarto paso: que sepa evaluar su capacidad de adaptación al cambio y su grado de flexibilidad, para poder enfrentar las situaciones siempre oscilantes del mercado.

Una Visión. Por su parte, Osvaldo Otoya, profesor de la Universidad  Esan, manifiesta que para una buena Administración de Carrera, la persona debe partir de la visión de lo que desea alcanzar en su vida personal y profesional. “Esa visión determina que las personas elijan las estrategias idóneas para sus metas de largo plazo; en consecuencia, tienden a ser más orgánicas y sistemáticas”.

Habilidades y Destrezas. Preguntados sobre las habilidades y destrezas que debería tener un profesional que administra bien su carrera (y por lo tanto se torna más empleable), Edgardo Loret de Mola señala que una de ellas es la de comunicarse correctamente, en forma verbal y escrita.

"Debe tener la capacidad de escribir y un documento que pueda presentarse y aprobarse ante un directorio por ser claro, conciso y completo. Además, el profesional debe saber pararse frente a un grupo de gente y explicar cuál es su proyecto”.

Para Armando Valdés Garrido Lecca, las más importantes capacidades con las que debe contar un buen profesional son tres: su sentido de previsión de los acontecimientos futuros (en base a la interpretación de los indicadores y signos del mercado), la capacidad de estructurar planes que sean realizables, y finalmente, la capacidad de ejecutar sus ideas y llevarlas a la práctica.

El Poder de lo Contactos. “En este momento, estás conectado o no eres nadie”.  Esta frase, expresada por el profesor de la Universidad Esan Osvaldo Otoya, refleja la importancia de los contactos personales en el desarrollo de la carrera profesional.

Según nuestro entrevistado, en la búsqueda de empleo las personas son ahora más proactivas y la comunican más que en el pasado, en el que había que esperar una invitación formal o leer el diario El Comercio el día domingo y ver qué oportunidades existían.

“En la actualidad las personas tenemos múltiples oportunidades para localizar e identificar potenciales empresas en las que podríamos laborar”, apunta.

La Inteligencia Emocional. Para Edgardo Loret de Mola, la inteligencia emocional es un factor de primera importancia en el éxito de una buena administración de carrera. En ese punto interviene la capacidad de comunicación que tenga la persona y la empatía que desarrolle en sus relaciones con las demás personas.

Por su parte, Armando Valdés, recuerda que en todo ser humano confluyen simultáneamente una serie de capacidades y competencias, naturales o adquiridas a través de la experiencia y  la capacitación.

“Teniendo ello en cuenta, tanto la inteligencia cognitiva como la inteligencia emocional juegan un rol significativo en el desarrollo de la persona y sus relaciones con el entorno”, finaliza.

 
 

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