Coaching como una Nueva forma de Vida

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Por Santiago B. Pérez
Partner Hr Latam


Escuchar la palabra Coaching se está volviendo muy común hoy en día, ya que su práctica se está difundiendo masivamente y cada vez aparecen más empresas y personas ofreciéndolo como un servicio similar a la terapia o a la asesoría, además de quienes están interesados en obtener sus beneficios o en aprender a aplicarlo. 

Sin embargo, es importante detenernos a pensar un momento en su verdadero significado, ya que lamentablemente existen también muchas personas y empresas ofreciendo cursos o capacitación sobre casi cualquier tema bajo el “sombrero” del Coaching cuando en realidad dichos temas no tienen nada que ver con lo que el Coaching representa. De hecho, el Coaching  es conceptualmente un “modelo de acompañamiento” a una persona que requiere primero conocerse a sí misma para después saber qué es lo que necesita o quiere mejorar en su vida. 

Para aclarar dudas, debemos saber que el Coaching no es una simple herramienta sino una disciplina de vida, que nos motiva a cuestionar formas tradicionales de actuación personal y laboral, ayudándonos a identificar nuestros paradigmas y a reconocer las barreras que nos impiden desarrollarnos como seres humanos, trabajadores, ejecutivos y/o  empresarios. En tal sentido, el Coaching tiene una metodología de aplicación que incluye el uso de preguntas como su principal técnica de soporte e impide el ofrecimiento de consejos como un requisito indispensable para asegurar su efectividad. Las preguntas son útiles para que quien recibe el Coaching (a quien llamamos Coachee) se cuestione constantemente y, a través de este proceso, descubra las causas de sus acciones y no solo su efecto, pudiendo por tanto establecer las “barreras” que le dificultaron el logro de determinados resultados. A partir de este descubrimiento, las mismas preguntas del Coach inspiran al Coachee a definir nuevos objetivos y desafíos, motivándolo a crear sus propias respuestas, las que se convierten en oportunidades concretas de mejora. Para ello, la metodología del Coaching también incluye la necesidad del Coachee de elaborar un plan de acción que comprende acciones “medibles”, plazos, recursos y condiciones para su ejecución. De este modo, el mismo Coachee propone las condiciones en que deberá alcanzar resultados positivos. Desde una perspectiva emocional, este procedimiento significa que si nadie (menos el Coach) le brinda consejo, la responsabilidad total de las acciones a emprender serán del Coachee, por lo que pondrá más cuidado y empeño hasta la consecución de sus mejoras. 

En suma, el Coaching representa un cambio -a veces radical- a partir de la forma en que hemos vivido y nos permite construir nuestro futuro en vez de ser simples espectadores o seguidores de quienes pretenden construirlo para nosotros. Nuestras expectativas se alcanzarán si llevamos a cabo acciones que definimos nosotros mismos, no si se las dejamos a quien buenamente las quiera determinar por nosotros. Es la esencia del auto-liderazgo y del planteamiento de una nueva vida, más provechosa, más retadora, más estimulante y ¿por qué no? más lucrativa.

 

 

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