Por Kárem Pezúa D. (Perú), Gerente General, Fitcorp
Desde que se publicó la Ley de Seguridad y Salud en el Trabajo en el año 2012, son varias las empresas en el Perú que han implementado programas o acciones que buscan: prevenir accidentes, proveer un ambiente de trabajo más seguro, mejorar las relaciones interpersonales, evitar la fuga de talentos y alta rotación de personal, así como combatir el stress que se genera por el ritmo de trabajo.
Muchas empresas han fracasado con los programas de bienestar debido al poco interés que estos programas despiertan entre los colaboradores, es por eso que queremos recomendarles algunas medidas a tomar para asegurarse que los beneficios de los programas a implementar sean percibidos por los colaboradores y esto se traduzca en: reducción de ausentismo, disminución en costos de seguros de salud, mejor clima laboral, mejor actitud hacia el trabajo e incremento de la productividad.
¿Cómo implementar un programa de bienestar exitoso?
Lo primero es conocer a los colaboradores de la empresa y sus necesidades: muchas veces cuando hemos ido a conversar con un Gerente de RRHH o Jefe de Bienestar, lo primero que nos dice es: “quiero ofrecer en la empresa clases de baile”… “o quiero que los colaboradores empiecen a hacer actividad física”… y ¿lo que el colaborador quiere?; necesitamos escucharlos antes de tomar decisiones sobre tipo de actividades, días y horarios en que vamos a implementarlas.
El empleador debe estar dispuesto a “sacrificar” tiempo dentro la jornada laboral para que el colaborador realice estas actividades; lo que más nos falta hoy en día es TIEMPO y el colaborador valora mucho que la empresa sea flexible al permitir que cierto tipo de actividades de bienestar se lleven a cabo dentro del horario de trabajo. Este tiempo se recupera con crecer a largo plazo.
La Comunicación es importantísima a la hora de lanzar estos programas, muchas veces el mail o boletín pegado en el corcho no son suficientes, tenemos que usar todo tipo de acciones para motivar al personal y contagiarles la emoción de ser parte de un programa que busca mejorar su calidad de vida y salud.
Necesitamos Líderes que se involucren con el programa; de nada sirve un programa muy bien elaborado si los jefes o gerentes de las diversas áreas no permiten que los miembros de su equipo participen por la carga laboral o si ellos mismos no están dispuestos a dar el ejemplo participando.
Involucrar a las familias de los colaboradores y a los proveedores de la empresa para que el mensaje que se transmita sea consistente; ¿se imaginan un programa de nutrición para los colaboradores sumado a un concesionario de alimentos que prepara comida con alto contenido en grasas y carbohidratos?.
Divertirse!!!, sabemos que al 70% de la población no le gusta hacer actividad física y es probable que a muy poca gente le guste hacer dieta o comer de manera saludable; es por eso que cualquier actividad que apunte a la salud y bienestar debe ser divertida, así el entusiasmo por participar se contagia. La rutina laboral ya es monótona; no repitamos el mismo esquema con los programas de bienestar.
La clave más importante es transmitir el mensaje. “Yo Empresa, me preocupo por tu salud y condición física no solamente comprando sillas y escritorios ergonómicos si no también organizando actividades y programas que te van a ayudar a vivir , verte y sentirte mejor en el trabajo y sobre todo en tu hogar y con tu familia”.
Un último consejo: trabajar con profesionales en este campo ya que es la salud de sus colaboradores la que está en juego y no debemos dejarla en manos de gente sin experiencia o los conocimientos adecuados.