Cultura innovadora para no desaparecer

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Por María Laura Cuya – Directora comercial y consultora de Innova Innhouse

La innovación es importante para impulsar la competitividad de países y empresas, pero muchos CEO’s cuestionan su impacto. La cultura innovadora genera que la compañía tenga mayores índices de supervivencia y rentabilidad.

En la historia de las organizaciones encontramos que a empresas con culturas tradicionales, liderazgo en mercados maduros, productos establecidos, y que prácticamente no tienen competencia, les cuesta salir de su zona de confort y acaban por desaparecer. Hoy más que nunca la frase «renovarse o morir» está comprobada.

Introducir una cultura innovadora disruptiva es un reto; un trabajo a largo plazo que debe tener continuidad, implicancia financiera, además de un total compromiso de la alta gerencia, que ayudará a mitigar la resistencia al cambio. 

Un factor clave es la horizontalidad, pues permite que cualquier miembro participe en la transformación de la organización trabajando por proyectos y con políticas de puertas abiertas. Esto fortalece la innovación, que requiere diferentes puntos de vista y brinda la libertad para trabajar con rapidez.

De esta manera, podrá capturar al mejor talento, que hoy busca tener flexibilidad de horarios, proyección de carrera, participar en proyectos retadores y tener autonomía en la toma de decisiones.

Para construir una cultura organizacional innovadora, se necesita adaptación a los cambios; un ambiente de libertad y de tiempos, donde la gente desafíe clichés y construya nuevas ideas con mente abierta, apoye un entorno de libre albedrío que no castigue los errores y más bien permita que con ellos la gente experimente y aprenda.

Se debe brindar formación en metodología de innovación que faciliten el proceso creativo y establezcan una cultura de colaboración en la que las personas se sientan socias antes que empleadas. Proponer, fallar, aprender y mejorar es el nuevo mantra de las organizaciones.

Hay muchos ejemplos de negocios que han nacido como startups, con una cultura innovadora desde el inicio, que se desarrollan en mercados competitivos y están acostumbrados a cambios tecnológicos y a la búsqueda de nuevos servicios y mercados.

A google lo conocemos por su buscador, pero va mucho más allá; en Google X, una de sus compañías satélites, se dedican a soñar que algunos de sus proyectos pueden cambiar el mundo,  como los globos aerostáticos del Proyecto Loon para llevar internet a zonas remotas. Su lema es pensar que pueden generar innovaciones continuas y cuánto más drásticas mejor.

En el Perú tenemos a Liderman. En un mercado como el de la seguridad, en el que parecía que poco se podía innovar, la organización lo impulsó al crear una cultura de liderazgo y empoderamiento que la hace diferente.

Hoy, cualquier empresa que quiere seguir existiendo en el tiempo tiene que fomentar una mentalidad y cultura innovadora, ya que los clientes demandan servicios más sencillos, personalizados, cómodos y que les proporcionen experiencias.

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