Por Joaquín Frías (Argentina ), Editor en CCSur.com, Socio en Coworc.com
Una encuesta realizada por la consultora Tanner Institute a 3.500 personas que trabajan en empresas de EE.UU., Canadá, Reino Unido, Alemania e India, reveló que aunque la mayoría de los empleados dicen que la innovación es responsabilidad de todos, en general están lejos tener los recursos necesarios para llevarla a la práctica.
Esto plantea una pregunta incómoda. ¿Los equipos gerenciales realmente creen que la innovación es un trabajo de todos y en consecuencia brindan tiempo y recursos a las contribuciones más interesantes que surgen?
La investigación de Tanner muestra que existe una brecha entre lo que debería ser y la realidad. Mientras que 9 de cada 10 empleados en cargos no directivos creen firmemente que deben estar involucrados en la innovación, un número mucho menor dice que realmente lo está (6 de 10). Esto es algo que sucede tanto en grandes empresas como en pequeñas, y en todos los grupos de edad (boomers, generación X, millennials)
Los resultados no están desagregados por industria, pero imagino que en el segmento de servicios BPO el empoderamiento innovador debe ser aún menor.
La cruda realidad es que la mayoría de los empleados creen que los equipos gerenciales no les ayuden a hacer un gran trabajo, o al menos darles la oportunidad de hacerlo. Menos de la mitad dice tener los medios necesarios para probar una idea innovadora: dinero, personal y apoyo.
El problema es que si el respaldo ejecutivo a la innovación es en realidad un discurso vacío, los empleados pueden llegar a desilusionarse irremediablemente, incluso aquellos que se auto motivan puede dejar de importarles.
Los autores de la investigación insisten en que los líderes tienen que abrazar trabajo innovador como responsabilidad de todos. Si no lo están haciendo, es improbable que cambien de la noche a la mañana, por eso sugieren tres pasos sencillos para comenzar.
¿Realmente crees en tu propia retórica cuando decís que esperás que todos los empleados encuentren nuevas y mejores maneras de hacer su trabajo? Si es así, ¿de qué modo construís un mensaje genuino? Dar crédito a los que han hecho alguna innovación reciente, es algo que no falla.
Invierte tiempo visitando a los empleados uno por uno y descubre si están incubando alguna gran idea que podría ayudar a tu empresa.
Piensa qué recursos puedes poner a disposición para que estas contribuciones “tapadas” sucedan. Una tarde libre por semana para trabajar en un proyecto de valor para el equipo, es un buen ejemplo de las pequeñas apuestas que es posible hacer por la innovación. Cosas como esta sin dudas no comprometen la operación y pueden hacer una gran diferencia.