Por: José Pedro García Miguel ( España)
Miembro de ICF y de ASESCO
jpgarcia@vivirdelcoaching.com
Las palabras que vas a leer a continuación, representan mi opinión sobre un momento queconsider o clave para nuestra profesión, y que me consta, otros coaches en ejercicio comparten. No pretendo convertirme en portavoz, así que lo que leas se circunscribe a mi opinión personal.
¿Ha llegado el momento para el coaching? ¿porqué hago esta pregunta?
Porque creo que el coaching, se encuentra en un momento clave, crítico, fundamental, para acabar siendo una profesión reconocida, diferenciada y valorada, o bien para convertirse en un refrito de “no se sabe muy bien qué” relacionado con conseguir resultados y trabajar con el potencial.
Hoy, desde mi punto de vista, el mercado, las personas, las empresas, en general, no saben qué es el coaching. Es una palabra que abarca todo, y que todo lo soporta. Sabemos que está de moda, y que en muchos ámbitos, al menos vende o causa interés. Hoy el coaching está rodeado e infiltrado de oportunistas, profesionales de otros ámbitos y en definitiva “usadores” del término en provecho propio, que no son coaches. Ahora bien, ¿cómo puedo decir si son coaches o si no lo son? Partiendo de una definición concreta de lo que es coaching, y de lo que no es. Pero para ello no basta una creencia personal. Hay que lanzar un mensaje inequívoco al mercado desde las instituciones que representan con seriedad al coaching de verdad en España hoy, para que nos convirtamos en una profesión de verdad también, donde tengan cabida aquellos que sean coaches en esencia, que se hayan preparado para ello, que tengan claro qué es y qué no es, y que sean un ejemplo de congruencia.
Sin este mensaje inequívoco, nuestra profesión se convertirá (y vamos camino de ello) en un cajón de sastre donde todo vale, y todo cabe. No quiero que algo tan increíblemente poderoso como el coaching para generar y catalizar cambios en las personas, las empresas y en el mundo, se eche a perder casi antes de nacer. ¡Y ahora es el momento de marcar la diferencia!
Y para mi, las claves que marcan esa diferencia de nuestra profesión con respecto a otras son varias:
- Trabajar desde el potencial de las personas y organizaciones.” No juzgar por lo que has hecho, sino por lo que serías capaz de hacer”.
- Mirar al futuro
- Integrar la reflexión con la acción muy concreta y medible
Estas características, muy representativas del coaching, también las podemos encontrar en otras profesiones. Ahora bien, creo que lo que nos diferencia de verdad, lo que nos hace únicos, es la metología que utilizamos, y nuestro “desde donde”:
- Trabajamos básicamente con la escucha sin juicio y el feedback
- Nuestra herramienta principal para avanzar es el arte de hacer preguntas
- Y sobre todo, nuestro “desde donde”: el respeto absoluto y la aceptación incondicional de nuestros coachees o equipos.
Creo que aquí están las claves de nuestra profesión. Lo que la convierte en algo grande, poderoso y muy difícil de hacer. Porque para mi, el alcanzar ese “desde donde” de respeto y aceptación incondicional, ese “no juicio”, esa “no transferencia”, ese “permitir que sea el coachee el dueño y señor de su propio proceso, sin nuestra injerencia”, es la clave del auténtico coaching. Y por ello es tan complicado de realizar por nuestra parte (lo sé por propia experiencia). Porque se necesita por parte del coach un importante trabajo interno consigo mismo para impedir que el ego, la necesidad de ayudar, la inseguridad, la necesidad de resultados, etc, etc, se interpongan y nos conviertan a nosotros en protagonistas, en vez del coachee.
Por eso, para mi un coach excepciónal es el que sabe dar su espacio al cliente, y desaparecer, ser transparente, para solo mostrarse en momentos clave, con la pregunta adecuada, un feedback, un comentario… Y de ahí deviene que una persona con un potente trabajo interior de desarrollo de uno mismo, de autoconocimiento, dotado de los pasos básicos y estructura de lo que es el coaching, puede ser un coach excepcional, y alguien que se haya hecho dos masters de 500 horas cada uno, pero sin ese trabajo interno que facilita y permite la escucha sin juicio y la conexión, todavía le falta un largo camino para ser excelente en su profesión.
Creo que las asociaciones principales como ICF, AECOP y ASESCO están haciendo un trabajo excepcional en cuanto a la profesionalización de los coaches, a través de los procesos de certificación. A día de hoy, sigue siendo un factor de reconocimiento sobre todo entre nosotros, pues el mercado en muchas ocasiones no sabe que es el coaching…
Como para saber que es un ACC, un PCC, un CAC…. Creo que a medio plazo va a jugar un papel importante de cara sobre todo a empresas, pero hoy ya lo está jugando de cara a identificar un coach que cumple los mínimos para denominarse como tal.
Por ello, y en este caso como responsable de relaciones entre las asociaciones de Asesco, voy a lanzar una iniciativa en nombre de la misma, de cara a aunar los esfuerzos de las 3 asociaciones más importantes y representativas de España, para lanzar un mensaje unificador, clarificador y diáfano de qué es el coaching y que nos hace una profesión distinta. He de decir que me daría igual hacerlo en nombre de Asesco, ICF y Aecop (soy miembro de las dos primeras, y espero en breve de la tercera.
Y hasta ahora, no creo que hayamos dado en demasía esa imagen de unidad entre asociaciones que representan básicamente lo mismo. Si has visto “La Vida de Brian”, ¿recuerdas el ejército de liberación de Judea, y el ejército judaico de liberación? Pues a veces tengo esa sensación entre nosotros, y no soy el único. De hecho, cuando he planteado esta idea, varios coaches han puesto cara de “no es posible”, y han comentado la dificultad que tiene este objetivo, para mi sorpresa. Ni que decir tiene que las 3 asociaciones tienen sus particularismos, aportan su valor diferencial y tienen su motivo para estar y hacer, pero por encima de eso creo debe estar el bien general del coaching, cuyos fundamentos, deontología y filosofía de base creo compartimos.
En otros entornos, otras profesiones, temería por parte de sus dirigentes que surgieran muchos obstáculos para alcanzar esa unión ( y de hecho sucede constantentemente):
- Personalismos. Hablar en nombre de uno mismo en vez de sus asociados
- Egos
- Visión a corto plazo
- Intereses
- Conflictos personales entre dirigentes
- Falta de búsqueda del bien común en pro de particularismos, de defender lo nuestro…
En cambio, en el ámbito del coaching, los responsables finales de que los acuerdos sucedan, los presidentes, sus juntas directivas, ¡son coaches! Y esta es una gran noticia, porque presupongo que fruto de su preparación, filosofía de vida, trabajo interior y visión, estas barreras no se van a presentar, pues saben muy bien como no ser políticos (resultados a corto plazo para mi partido) y sí estadistas (buscar el bien de las generaciones venideras: Churchill “dixit”).
Así que tengo fundadas esperanzas de que antes de que llegue el 31 de diciembre de 2010, desde ICF, AECOP y ASESCO se haya lanzado un mensaje único a nuestros posibles clientes y a la opinión pública en general, a través de los medios y otras vías que se consideren pertinentes, de qué es la profesión del coaching y en qué radica su grandeza y su efectividad.
Me gustaría mucho que todo este proceso fuera algo público, al alcance de todos los que nos consideramos coaches, tanto los que pertenecemos como socios a las mismas, como aquellos que comparten su filosofía de rigor y profesionalidad. Así que espero poder tener te al tanto de lo que sucede a aquellos interesados en ello.
Creo firmemente en que ahora es el momento, y que lo que hagamos hoy marcará el rumbo del mañana, para bien, o para no tan bien. Ha llegado el instante para la acción. El coaching, de hecho, no es solo una profesión…. ¡Es una manera de vivir! (no me imagino un título de “técnico en coaching”, aunque seguro que ya habrá alguno por ahí). Y por lo menos , a mi personalmente, me encantaría que cuando alguien dijera de mi: “es coach”, el resto supiera a qué se refiere, y a qué no.
Aquí dejo el reto, y te iré contando. Espero saber ser lo más sabio posible en la parte que a mi toca, o que asumo. Los resultados marcarán, como casi siempre, si obtenemos el éxito.
Pero creo que merece mucho la pena. Te aliento a que lo alientes, a que participes de la manera que mejor consideres… y el destino proveerá.