Por Lida Esperanza Villa (Colombia) – Ph.D. y Magíster en Filosofía. Economista, Profesora asociada del área de estrategia de la Pontificia Universidad Javeriana, Colombia. Coordinadora académica del área de RSE en postgrados en administración.
Si bien existen empresas donde la ética forma parte de su ADN, también hay una serie de indicadores a lo largo de Latinoamérica que dan cuenta de la existencia de un gran número de organizaciones que violan los derechos humanos al contratar mano de obra infantil, empresas en las que hay corrupción, compañías donde las jornadas de trabajo son bastante extenuantes, los salarios son injustos o no hay un trato digno a las personas. Por ello digo que para lograr que la ética se interiorice como principio a las empresas falta mucho camino por recorrer.
Esta situación se repite en lo concerniente a la Responsabilidad Social Empresarial (RSE), que además del tema de las relaciones con la comunidad o el entorno, también tiene que ver mucho con lo que se haga internamente en la organización. Aquí también encontramos empresas que desarrollan la RSE como parte de su ser interior y otras que lo hacen por una cuestión de marketing o de maquillaje externo.
Relación ética – Responsabilidad Social Empresarial
Ciertamente, ética y Responsabilidad Social Empresarial (RSE) no son lo mismo. La ética debería ser el fundamento de la RSE. Y subrayo: debería serlo.
Dicho esto, muchas empresas desarrollan políticas de responsabilidad social pero no tienen un fundamento ético porque conciben la RSE como una estrategia de competitividad. Cuando es así, entonces la RSE no tendrá la ética como fundamento y será válido preguntarnos: ¿la ética dentro de esas organizaciones es una ética instrumental, como lo es la RSE?
Se da el caso de empresas que buscan ganar premios o reconocimientos en RSE sin haber reestructurado sus políticas de derechos humanos, de derecho laboral, de relación con el medio ambiente, es decir, si asumir la ética en la gestión de sus recursos humanos.
No puede haber RSE sin ética. La ética es el fundamento de la RSE. Las empresas deben hacer un ajuste en ese sentido.
No faltarán quienes sostengan que para hacer efectivo ese ajuste se requiere de herramientas como los códigos de ética. Pero me pregunto si esos códigos realmente pueden servir. Un código funciona como una ley al interior de la empresa. Y aquí debemos distinguir el ámbito legal del ámbito ético. Lo legal no necesariamente es ético. Por ejemplo, el salario mínimo es legal. Pero la pregunta es si ese salario mínimo es ético. Entonces tendría que averiguar si con ese salario las personas pueden acceder a lo mínimo que necesitan para vivir dignamente.
El código de ética puede estar escrito en una placa, en un mural, en un papel, en el sitio web, pero lo más importante es que esté en el ADN de la empresa y en la mente y acción de los integrantes de la organización.
Muchas empresas han establecido lo que han denominado la línea ética, que es tanto para el interior de la compañía como para los stakeholders. Sirve para que los empleados de cualquier stakeholder, clientes, proveedores o consumidores, recurran a esa línea ética para alertar a la empresa de que se está cometiendo un acto que no está dentro de los límites éticos.
Esa línea ética sirve para evitar que se cometan actos contra la ética o para corregir actos cometidos. Además, sirve para aclarar que dichos actos no los comete la empresa sino determinada persona, y permite a la empresa tener la oportunidad de rectificar.
Más que códigos y protocolos, lo recomendable es que las empresas tengan presidentes éticos, gerentes éticos y personal ético. Se puede tener mucho papel y muchas expresiones a favor de la ética, pero si no hay desde la directiva esa disposición a respetar los derechos de los trabajadores y de los clientes, será muy difícil que la ética se convierta en una expresión de la cultura organizacional.
Finalmente, este es un tema en el que si bien la gerencia de recursos humanos tiene un papel importante, sin embargo se debe tener claro que las directrices deben salir de la presidencia. Es el CEO, presidente o director general de la empresa quien debe asumir el liderazgo.
¿En su organización la ética es aplicada como principio o como un recurso «cosmético»?
