Por Giancarlo Ameghino (Perú) – Gerente de Gestión y Desarrollo Humano del Grupo Crosland.
Es claro que la profesionalización de nuestro personal es sumamente importante, hoy las empresas evolucionan constantemente volviéndose cada vez más globales, se demanda cada vez más personas con talento y las organizaciones son más dependientes del conocimiento. Es entonces cuando la cultura del aprendizaje y la formación se vuelven claves para la estrategia y crecimiento de negocio.
Bajo este contexto la preocupación de las empresas, es que la formación de su personal este alineada con los objetivos de la institución y bajo esta necesidad es que las organizaciones recuren a la creación de la “Escuela Corporativa”.
En este sentido, para hacer viable y sostenible una Universidad Corporativa, se debe dotar a la compañía de una estructura de formación y desarrollo más humanista, que vaya siempre alineada a los objetivos estratégicos de la empresa, y afianzar la cultura organizacional, principalmente en sus pilares de servicio, orientación a resultados, trabajo en equipo y flexibilidad.
La estructura formativa debe estar alineada con los objetivos estratégicos. Muchas veces las compañías cometen el error e invierten en cursos de capacitación para su personal ligados principalmente a funciones adicionales específicas de sus puestos para “apagar incendios” no se planifica y dirigen recursos al desarrollo de competencias de gestión (habilidades blandas) de los colaboradores en general, o al cierre de brechas según las descripciones de cargo.
Si formamos una escuela corporativa de forma adecuada con una supervisión y un planeamiento estratégico, las empresas pueden lograr mayores beneficios a nivel organizacional como: mayor rentabilidad, mejor imagen de la empresa reducción de problemas y a nivel personal se puede forjar nuevos líderes, mejorar las aptitudes comunicativas y se puede incrementar la satisfacción de un puesto.
La profesionalización finalmente es constante, son las personas las que desarrollan nuevas estrategias de negocio y las que contribuyen con su conocimiento y experiencia a crear las ideas y el liderazgo, que hacen que una empresa tenga éxito. Las necesidades de desarrollo y formación de estas personas son lo que proporciona a las Universidades Corporativas su razón de ser.
