Por Álvaro Otero Fernández (Perú) – Presidente Ejecutivo del Instituto Gandhi, centro de desarrollo y formación de Lideres Empresariales e institucionales. Contacto: alvarootero@institutogandhi.com
Muchas son las opiniones que escuchamos y leemos en los medios, sobre la actual coyuntura económica mundial y lo que esta sucediendo en nuestro querido país, es muy lamentable que, por un problema político de corrupción, como es el caso Odebrecht, la economía y las inversiones se hayan frenado abruptamente y si a esto sumamos las medidas adoptadas por el gobierno de los Estados Unidos, se nos presenta un panorama difícil, en el que cada quien debe saber como salir de este atolladero.
Siempre es una excusa casi universal, el que muchos empresarios y ejecutivos, se quejen que no tienen tiempo ni pensamientos para el futuro. La globalización y la apertura de los mercados a las nuevas competencias, es una luz roja, para hacer un alto en el día a día y hacer una clara y honesta reflexión, ¿Cuanto de nuestro presupuesto y tiempo dedicamos en preparar, formar, informar, capacitar y sobre todo motivar a nuestra gente? ¿Lo hacemos en forma esporádica o en forma continua? Lo hacemos porque nos nace verdaderamente hacer que la gente se sienta feliz, hoy en el mundo lo que se busca no es cuan satisfecha esta la gente con el sueldo o salario, sino cuan feliz y realizado y motivados se sienten con lo que hacen.
Muchas veces pasamos por alto el futuro, porque no podemos superar los obstáculos del presente, la negligencia del futuro es un síntoma, la verdadera enfermedad se presenta por la poca capacitación y motivación que le damos a nuestro personal que les permita mantener en alto su autoestima, y lealtad para con la empresa.
Qué hacer para lograr un cambio de actitud primero de uno mismo como líder y luego emprender la difícil tarea de mantener la moral, la autoestima y la motivación del personal, si las actuales condiciones económicas del país no permiten incrementar los sueldos y salarios de la gente, la primera respuesta seria reducir personal, para mejorar el sueldo de los que se quedan, pero esa no es la solución, porque los que se quedan trabajan por temor a que no les pase lo mismo.
Queremos resultados, cumplimiento de metas y objetivos al corto plazo, nos pasamos evaluando, calificando y comparando a nuestro personal, con los estándares del mercado, queremos que la gente nos produzca hoy y de inmediato, queremos las cosas rápidas. No tenemos tiempo para que nos vengan a hablar de capacitación, motivación, lealtad de los empleados, la respuesta muchas veces es, no hay presupuesto ni tiempo para esas cosas. A las justas si podemos atenderlos en 20 minutos para que nos presenten un Plan de Capacitación y eso ya es mucho.
La lealtad humana no tiene precio
Podemos invertir todo el dinero de nuestras utilidades, en la bolsa o invertirlo en nuevos negocios, en nueva tecnología, en mejor mobiliario o hacer cambios y renovación de activos y maquinas, pero no veremos beneficios de una productividad mejorada hasta que los lideres y sus empresas redescubran el valor de la lealtad humana, por supuesto esto no se logra de la noche a la mañana con una simple palmada o un hola que tal.
La motivación muchas veces es interpretada por un aumento de sueldo, un regalo material, la diferencia esta en entender, que gran parte de la lealtad esta basada en los principios, valores y el desarrollo de nuevas relaciones laborales, y la implementación de programas adecuados de capacitación que les permita a los empleados como seres humanos desarrollar mejores habilidades y un mayor nivel de autoestima y educación laboral.
La capacitación, además de refrescar, oxigena los conocimientos ya adquiridos permite ampliar a los empleados sus capacidades con el conocimiento de las nuevas herramientas del Management, Marketing personal, la cadena del servicio al cliente, liderazgo, trabajo en equipo, reuniones efectivas, negociación, manejo de conflictos, Empowerment y otras nuevas disciplinas. No estamos hablando de programas enlatados que ofrecen algunas empresas, sino de programas adecuados a las medidas y necesidades de cada empresa, con diagnósticos previos y relevamiento de información que permitan saber cual es la realidad de la empresa y de sus requerimientos reales estamos hablando de la mina de oro que significa el capital intelectual de sus empleados, que aun no ha sido explorada ni explotada al máximo.
El mundo cambia velozmente
Tan rápido, que cuando creemos que hemos aprendido algo, muchas veces ya se ha alterado de alguna manera, por ello que la capacitación debe ser continua, queremos información concisa, que nos estimule a alcanzar un nuevo nivel hasta que aparezca la última idea. Al mismo tiempo queremos la satisfacción de nuestros clientes externos, sin pensar en los clientes que tenemos dentro de la empresa, nos pasamos apagando amagos de incendio todos los días, muchos nos convertimos en bomberos, debemos evitar que la enfermedad termine con nuestra empresa, o lo que parecía ser un amago, termine en un voraz incendio y acabe con todo.
Las organizaciones necesitan gente motivada
La delegación de facultades en los empleados, el mejoramiento continuo, la administración participativa, los equipos de trabajo autodirigidos y la información del capital intelectual corporativo a disposición de todo el personal de la empresa.
Continuemos con medidas sencillas e inmediatas para establecer una diferencia, seguros de que avanzaremos si tomamos la iniciativa de actuar, hoy nuestros colaboradores buscan algo más que el sueldo, además de la capacitación, esperan que los traten como seres humanos mejorando la calidad de las relaciones individuales, que cada ejecutivo de nuestra empresa tiene con sus trabajadores.
Para ello empecemos mejorando el ambiente laboral, conectándonos con ellos, para que se sientan con la libertad de hablar y que sus opiniones verdaderamente tengan valor para la empresa y sean tomadas en cuenta, enseñémosles a tener iniciativa a felicitarlos cuando tengan éxito, a apoyarlos y darles aliento cuando se equivoquen. La conexión genera compromiso, se logra que aporten nuevas y mejores ideas, energía y tiempo extra lográndose una comprensión mutua entre el líder y sus colaboradores.
El nivel de servicio más alto que se puede alcanzar, proviene del corazón. Por lo tanto la empresa y los líderes, que lleguen al corazón de sus empleados podrán prestar un servicio excepcional a los clientes externos y además se conseguirá un mayor grado de motivación y lealtad. Si les demostramos a los empleados que no nos interesan, ellos nos harán lo mismo, demostrémosles que si nos interesan y ellos actuaran con reciprocidad.
Cuando los empleados sienten esa buena impresión
Con toda seguridad producen más de lo que le podemos pagar, no debemos tener el temor de expresarles nuestro agradecimiento por su trabajo, un reconocimiento publico ante el personal, una pizarra con el nombre y mención honrosa del empleado del mes, «Walt Disney, sabía que no se puede tener a un supervisor gritándole a uno en la oficina de atrás y luego salir por la puerta dando la bienvenida a un visitante con una gran sonrisa como si nada hubiera pasado».
Información compartida y visión común
Exprese sus opiniones sinceras y directamente sobre el desempeño de su empleado, cerciórese de que todos en la empresa tengan la información que necesitan para su trabajo, permita que los empleados tengan influencia en sus propias metas y desempeños, salga de su oficina sea accesible, ¡Si pero tengo mucho trabajo!. De acuerdo, hay muchos papeles encima de su escritorio, aprenda a diferenciar lo importante de lo urgente, los papeles pueden esperan un momento, quizás el empleado necesitaba una voz de aliento suya para hacer hoy su trabajo con mayor voluntad, muchas veces hemos dicho la frase «disculpe ahora estoy muy ocupado para atenderlo, hable con mi secretaria y que vea un espacio en mi agenda para la próxima semana», demasiado tarde, su empleado por un buen tiempo estará desmotivado por su actitud. Escúchelo y muéstrese abierto a considerar las opiniones de los demás antes de evaluarlas. De nada vale decir que usted no puede darse el lujo de atender a su personal. Usted no puede permitirse ese lujo.
Nuestra gente quiere sentirse importante y que se lo digan
No es un secreto, el éxito de algunos es que han sabido ver el letrero casi visible, que lleva cada empleado en el cuello «hágame sentir importante» si ustedes logran hacer esto, tendrán grandes beneficios, no solamente en sus empresas, sino en su vida diaria. La mejor manera de motivar a las personas a que tengan un desempeño superior es convencerlas, con todo lo que hacemos y con nuestra actitud cotidiana, de que los estamos apoyando y escuchando real y sinceramente.
¿Queremos que el equipo se motive así mismo?
Después de una capacitación tenemos que lograr que nuestros trabajadores empleados y ejecutivos, sepan motivarse a si mismos y a los demás, es importante que el líder se asegure, que se aplique lo aprendido estableciendo metas al corto, mediano y largo plazo, establecer así mismo la sana competencia formando equipos autodirigidos de trabajo, por áreas para luego comparar el progreso por cada una de ellas y unir el esfuerzo de toda la empresa para la recta final que será alcanzar los objetivos para satisfacer a nuestros clientes internos y nuestros clientes externos.