Una primera aproximación a los costos de un aumento en la RMV

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Por Rubén Ocampo, Analista económico de Macroconsult 

A pocas semanas de tomar el mando y del primer discurso presidencial de Ollanta Humala, comienza a ganar notoriedad el debate sobre la pertinencia y los efectos del aumento de la remuneración mínima vital (RMV) en S/. 150 (de S/. 600 á S/. 750).

Los defensores de la medida arguyen que existe un grupo “desprotegidos” de trabajadores cuyas remuneraciones no han crecido al mismo ritmo de la economía, por lo que el aumento del sueldo mínimo debería ayudarles a “ponerse al día”. Sin embargo, estudios recientes (BCRP, Grade y otros) sobre el tema muestran que los aumentos de la RMV no tuvieron un impacto redistributivo, sino, por el contrario, generaron desempleo y fomentaron la informalidad, especialmente en aquel grupo de trabajadores cuyas remuneraciones ya se encuentran muy cerca de la RMV.

La población económicamente activa (PEA) en el Perú está compuesta por ceca de 16 millones de personas; de ellas, alrededor de 2.9 millones pertenecen a la PEA empleada de manea dependiente y que firmó un contrato con su empleador; entre ellos, a su vez, existe un número considerable de personas que trabajan con remuneraciones iguales o superiores al salario mínimo actual, pero inferiores a S/. 750. La cantidad de trabajadores que estarían comprendidos en esta franja salarial –igual o más de S/. 600 pero menos de S/. 750- representa alrededor de 350 mil personas.

Muchos de los empleadores de esta franja de trabajadores ya no estrían dispuestos a pagar el salario mínimo, por lo que les podrían dar a sus trabajadores la opción de ganar menos de S/. 750, lo que significaría su tránsito hacia la informalidad, o simplemente despedirlos.

El salto a la informalidad de esta enorme cantidad de gente sería el pero de los escenarios, pero, en esa medida, sirve para establecer una cota superior de los posibles daños que una política demasiado populista podría ocasionarle al mercado laboral.

No existe una razón teórica por la cual el nivel y la estructura de sueldos y salarios de la economía tengan que estar indexados a los avances de la RMV. Más aún se debe recordar que el ingreso familiar nacional de los últimos años ya está aumentado a pesar de que la RMV se ha mantenido relativamente constante.

La RMV no puede ser usada discrecionalmente como un instrumento de política económica puesto que su uso indiscriminado puede traer serias consecuencias en la población a la que en principio se espera beneficiar. Así, el Estado debería focalizar sus esfuerzos en formular políticas realistas que busquen incrementar la productividad laboral que finalmente, es el principal determinante del ingreso de las personas.

Artículo publicado en Diario Gestión
 

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