En general, ¿cuáles son los objetivos de la Nueva Ley Procesal del Trabajo?
Dicen que la justicia que tarda no es justicia, en este sentido lo que busca esta nueva norma es que los juicios laborales sean mucho más rápidos. Actualmente los juicios laborales tienen una duración de entre tres y cuatro años, y lo que se procura es que ese tiempo se reduzca a cuatro o seis meses. Tras esta lógica de mayor rapidez, hay una serie de elementos en el proyecto de ley que están orientados a simplificar y buscar mayor celeridad y concentración de los procesos. De tal manera que, sin perder los derechos de las partes, los juicios no tengan una duración tan extensa como las que se aprecian hoy en día.
¿Se puede decir que va a beneficiar a una de las partes?
El derecho laboral es un derecho tuitivo a favor de la parte más débil de una relación laboral. Es claro que la parte más débil es el trabajador, porque no existen tantos puestos de trabajo como se requieren y, por otro lado, la empresa normalmente tiene una mejor situación económica que el trabajador. En tales circunstancias, este último está subordinado no solo laboral sino económicamente. Y lo que se observa es que los demandantes en el 99% de los casos son trabajadores, en consecuencia, esta norma busca beneficiarlos, y por ende a la sociedad.
¿Cuáles diría que son los cambios fundamentales de la Nueva Ley?
Son varios. Yo creo que el principal es el principio de oralidad, que busca que en los procesos laborales prevalezcan las exposiciones orales sobre los escritos. Es decir, hoy día todo es a través de papeles y documentos, y si no están en el expediente no sirven, entonces, lo que se busca con esta reforma es que lo principal sea llegar a la verdad inmediata material; para eso las partes estarán frente al juez, presentando sus pruebas, dando sus alegatos y pidiendo lo que estimen necesario. Así, la oralidad se convierte en un instrumento conductor en todas las instancias laborales.
El segundo cambio importante es la concentración de actos. En la actualidad, los procesos laborales tienen muchas etapas y lo que se pretende es que la mayor parte de éstas se concentren en algunas nada más, de tal suerte que se logre una mayor simplicidad también.
Otro aspecto importante, dentro de los cambios que presenta la norma, es que brinda mayores facultades a los jueces para que puedan agilizar los procesos, pedir las pruebas que se requieran. Entonces el juez, de una actitud un poco pasiva, está pasando a tener un rol bastante activo dentro del proceso judicial.
¿Cuál es su opinión respecto a los mecanismos alternativos de solución de conflictos que establece la Nueva Ley?
Ese es un buen punto. Hoy en día las posibilidades de conciliación son prácticamente nulas porque, como los juicios duran varios años, las empresas gozan de mayores posibilidades de negociación, y pueden ofrecer sumas mínimas al trabajador y éste corre el riesgo de que cuando el juicio termine la empresa ya no exista. Otro punto es que, no siempre el trabajador está en condiciones de pagar los servicios de un abogado por varios años. Entonces, el trabajador muchas veces no demanda o acepta una suma menor del que realmente le correspondería.
Sin embargo, si consideramos que los juicios se van a reducir sustancialmente, que va a primar la oralidad, y otras medidas más, todo eso hace que el nuevo proceso laboral sea una herramienta interesante para los trabajadores. De esta forma, es muy probable que la conciliación ahora sí se convierta en un medio alternativo de solución de conflictos.
Por ejemplo, en la experiencia chilena (durante el año pasado), casi la mitad de los juicios han terminado en conciliación en Santiago de Chile. ¿Por qué? Porque el juicio dura en Santiago, en primera instancia, dos meses y medio, es decir, es muy rápido; entonces las estrategias de defensa van a ser más complicadas, pues se requiere de mucho tiempo para preparar una contestación de demanda, lo que implica que los abogados le van a cobrar mucho más a las empresas. En consecuencia, el trabajador va a tener más capacidad de presión. Todo eso ha hecho que los índices de conciliación se incrementen. En nuestro país, ahora sí la conciliación va a ser un instrumento real valorado especialmente por las empresas.
Usted ha señalado el caso chileno, ¿es una norma que se está implementando en varios países?
Si. En realidad es una tendencia regional, pues en Venezuela, Ecuador, Uruguay y Perú están implementándose. En Chile está vigente desde hace un año y los resultados son bastante interesantes, pues la duración de los juicios se han reducidos notablemente, de dos años a dos meses y medio; asimismo se observa que la mitad de los juicios terminan en conciliación y que la mayoría de los juicios lo ganan los trabajadores. Entonces es un cambio radical, es una reforma que está siendo bastante positiva.
¿Existen algunas deficiencias en esta ley?
Técnicamente la norma me parece buena. Sin embargo, existen tres retos que tiene que enfrentar la reforma. El primero, es que el Estado proporcione dinero y presupuesto, porque sin recursos esta reforma no va a funcionar. En Chile, por ejemplo, la reforma ha demandado un mínimo de 30 millones de dólares para implementarlo, porque se requiere de mucha infraestructura y capacitación. Hay que tener en cuenta que los juicios van a ser grabados, en video y audio. A propósito, grabar los juicios es un incentivo para reducir las malas prácticas, porque el papel aguanta todo, mientras que la oralidad no.
En segundo lugar, se requiere capacitar a los jueces, el Estado tiene que invertir en capacitarlos. Existen jueces encargados de la reforma que están viajando a Chile para ver cómo se está llevando a cabo la reforma allí.
Y, en tercer lugar, se va a necesitar que las empresas, los trabajadores y sindicatos revisen la norma y se adapten a ella y, por ende, también afinen sus estrategias. Antes de demandar, ahora deben considerar las implicancias y evaluar los riesgos.
¿Qué previsiones deben tomar las empresas frente a esta nueva norma?
Hoy más que nunca deben cumplir rigurosamente las leyes y deben revisar bien sus procesos laborales, porque ante un incumplimiento legal, los trabajadores ahora van a reclamar más, ya que cuentan con más argumentos de defensa.
Otra recomendación es que realicen una gestión humana estratégica orientado a mejorar su clima laboral, porque un trabajador feliz es el que menos reclama. En este punto es importante que lleven a cabo una capacitación a todos sus jefes en temas de gestión humana.
Esos dos aspectos son claves, especialmente para enfrentar mejor un juicio en condiciones adecuadas o para llegar a una conciliación.
¿La Ley va entrar en vigencia progresivamente…?
Si, lo más probable es que entre en vigencia en alguna provincia del Perú. Algunos han hablado de Huaura, otros de Trujillo, pero ahora parece ser que será en Tacna o Moquegua.
¿En cuánto tiempo se podrá aplicar en todo el país?
Podría ser en dos o tres años. Antes es poco probable, porque como señalé se requiere de presupuesto, de salas con equipos de filmación, es decir infraestructura, además de todo el tema de la capacitación. Y es que con esta reforma la lógica de los juicios va a cambiar radicalmente.
Comentarios:
#1 08:19:59 | 2010-07-13, Publicado por: Victor Samuel Lévano Quispe
Buenos dias Sres, mi consulta es en jornadas de trabajos atipicos ( sistema 20 x 10 ) el cual se trabaja en horas de acumulacion es valido pagar dias feriados Y/o festivos dentro de sus remuneraciones?