Por Geraldine Pinedo – Coordinadora de Comunicaciones en MD Group
Conversamos con Angie Carrillo, Executive Speaker Colombiana, Coach y Consteladora, quien nos habló sobre un enfoque distinto de los profesionales, enfocado bajo una visión familiar ligada a la organizacional.
¿Cómo el tema de “constelaciones” pasa por lo familiar hasta impactar en lo organizacional?
Las temáticas están asociadas a todos los seres humanos, que pertenecemos a muchos sistemas. Lo que vemos es que hay dinámicas que uno vive desde lo personal y familiar, es lo que marca a la persona para toda la vida y que posteriormente llega a impactar en la forma en la que gestiona, se desarrolla, desenvuelve, lidera y comunica dentro de una organización.
¿La vida personal influye en el vínculo laboral?
Sí, y también tienen que ver los principios tanto de la vida familiar como la organizacional. Los principios son igual de válidos en ambas dimensiones.
¿A qué se refiere cuando habla de principios?
Me refiero al de jerarquía, pertenencia y equilibrio, que obviamente trae consigo fluidez y armonía en el ejercicio de la dinámica familiar, puesto esto en escena del ámbito organizacional corporativo también trae lo mismo.
Es decir, ¿una persona ya llega a una empresa con un comportamiento “innato” que no se puede cambiar?
Se puede cambiar siempre y cuando se haga consciente, tanto para el empleado como para el empleador, porque el segundo como líder, debe tener en cuenta todos los aspectos de emocionalidad, todo el background familiar que lleva consigo el empleado.
En muchas empresas se pide que lo personal se deje en casa y solo se llegue a la oficina enfocado en el trabajo, y eso es como entrar partido por la mitad a ejercer las labores y dinámicas dentro de una empresa.
Con esos 2 frentes es como los seres humanos nos complementamos, existe una integralidad que viene desde nuestros comandos mentales, heridas de nacimiento, patrones familiares que vemos en casa, de cómo después estos patrones los llevamos también a nuestros núcleos cuando somos padres y ya no solo hijos, y más allá trascienden al ámbito laboral, que no es un ámbito diferente al ser humano, sino que complementa todos los demás.
Entonces, ¿Cómo lograr uniformizar a esas personas en una empresa?
No se trata de uniformizar, sino de verlos desde su diferencia, lo que buscamos es integrar bajo la misión y visión de la empresa, pero nuestra individualidad sigue.
¿Y qué pasa cuando un trabajador llega a una empresa y sus principios no van acorde a sus lineamientos?
Obviamente ahí no hay un equilibrio, es decir, ese empleado no pertenece a esa empresa y eso es válido. Precisamente la información que arrojan las constelaciones organizacionales es que cuando nosotros tenemos inconvenientes con la misión y visión de una empresa y con lo que deciden sus fundadores, esto tiene implicancia con la relación que existe con nuestros abuelos.
Por otro lado, cuando tenemos inconvenientes con la relación para con nuestros jefes, eso tiene que ver con el vínculo con nuestros padres, al presentar inconvenientes con nuestros pares en el grupo de trabajo, es porque la raíz se remonta a la relación con nuestros hermanos.
¿Cómo hemos llegado a esa conclusión?
Tras la fenomenología. Esto comienza en Alemania, el filósofo Bert Hellinger saca sus primeras adecuaciones y ampliaciones acerca de las constelaciones familiares y después ve que son totalmente aplicables al campo organizacional, porque sigue siendo el mismo campo humano. Entonces las constelaciones funcionan en la manera en que se hace explícito lo implícito. Esto está en la inconsciente, es así como nuestro libre albedrío está limitado por un 5% de racionalidad humana, conocido como “el consciente”.
El ser humano cree saber todo, durante todo el tiempo, pero tarde o temprano uno compensa lealtades inconscientes de toda la historia familiar. Es así que, a través de nuestras profesiones compensamos nuestras carencias familiares en el sentido en el que, por ejemplo, un médico compensa la falta de posibilidades para acceder a servicios de salud que pudieron generarse en su árbol genealógico.
Todos elegimos nuestra profesión en base a una carencia en nuestro árbol familiar, por ejemplo, en la carrera de Comunicaciones, nos habla de una carencia del ser humano de poderse comunicar con su familia, quizá con padres muy autoritarios que no permitían la fluidez entre hermanos u otros integrantes. En ese orden de ideas la secretaria cumple el rol de compensar no haber sido vista por papá, por eso es una persona que quiere ser vista por su jefe. Todos elaboramos aquello que nos hizo falta.
Se trata de que cada familia tiene carencias, y sus integrantes tratan de resarcirlas. Todas las carreras van ligadas a una carencia
¿Entonces no necesariamente es algo que el profesional haya vivido o presenciado?
No necesariamente, esto consiste en compensar lo de atrás y muy probablemente vivido en algún nivel de la niñez, sobretodo, puede haber un dato que indique por qué se eligió esa profesión.
Bajo esta visión, la labor del empleador se vuelve incluso más compleja…
Exacto, incluso el que selecciona tiene una labor fundamental. Normalmente esta persona revisa el perfil profesional del postulante, pero ¿cuándo se les pregunta sobre su relación familiar? De allí puede salir una información muy valiosa para ver y prospectar qué tanto ese candidato podrá encajar en esa dinámica organizacional. Desde el mismo momento de la selección ya se pueden aplicar esos principios.
Luego que la persona está dentro de la organización, viene una inducción. ¿cómo se aplica normalmente? Suelen ser muy frías, casi no se suele destinar tiempo para explicarle al nuevo colaborador sobre los fundadores de la empresa en la cual trabajará, entender con qué principios, lógica y emocionalidad, esos fundadores entraron a generar una idea organizacional corporativo. Esa es el alma de la empresa, cuando se desconoce esa alma se pierde su principio fundador.