Encontrar el equilibrio perfecto entre empresa y trabajador es muy complicado. La presión por ser exitoso hace que los empleadores generen ambientes laborales con elevados niveles de ansiedad, desmotivación, provocando baja productividad. Pensando en eso surge la idea de aplicar el Desing Thinking en los Recursos Humanos.
Para ser una empresa exitosa se deben considerar tres factores fundamentales: el crecimiento del mercado, una economía solida y un entorno laboral agradable. Pero este panorama tan complejo lleva a trabajadores y organizaciones a lidiar en situaciones de vacilación, lo que conlleva a presenciar cuadros de ansiedad, poco compromiso, desmotivación y baja productividad.
Es por eso que los departamentos de Recursos Humanos enfrentan la necesidad de reinventarse para repensar todos los procesos laborales como el entorno físico, la interacción entre las personas, la gestión de los líderes y los formatos de selección (formar, involucrar y evaluar personas). El propósito es lograr hacer del trabajo una experiencia satisfactoria.
Debemos entender que el Design Thinking se trata de un método que coloca a los clientes en el centro de atención, con la finalidad de conseguir resultados innovadores, enfocados en el diseño y no en el resultado final.
La aplicación del Design Thinking a la gestión de talento se centra en conocer las necesidades de los empleados a los que se pretende gestionar y ofrecerles experiencias gratificantes, amenas y competitivas. Aplicar este método en la nueva gestión de personas implica utilizar 10 maneras de abordar los problemas, para lo cual se debe tomar en cuenta:
- Innovar desde la necesidad de los empleados.
- Situar al ser humano en el centro, no cliente o empleado.
- Diseñar un programa de Recursos Humanos que vele por una cultura ejemplar y un buen clima laboral.
- Crear un sistema de ascensos, pagos extras y aumentos que permita conservar el talento.
- Buscar un enfoque creativo y multidisciplinario, porque las nuevas formas de pensar requieren nuevas formas de crear.
- Aumentar el vínculo emocional de los empleados hacia la empresa y sus clientes.
- Diseñar nuevos modelos de relación de los empleados con los directivos.
- Apostar por la flexibilidad y la conciliación laboral y familiar.
- Estudiar el comportamiento y ejecutar la proyección futura, es decir, adelantarse a próximas necesidades de los trabajadores.
- Buscar lo que de verdad motiva a nuestros empleados. Un empleado contento es un empleado productivo.