La profesora Rosa Vargas de ESAN, señala que la clave para una marca personal potente nace de una estrategia inteligente y efectiva, por lo tanto, resulta muy útil, para estos fines, el modelo del ADN, planteado por el especialista en Marketing Personal Andrés Pérez. Es así que, utilizando la asociación al ADN biológico y su acrónimo, debemos seguir una secuencia lógica que facilita la conceptualización y desarrollo de una marca coherente incorporando valores y metas del profesional considerando los siguientes pasos:
El ADN
- Análisis, atributos, autenticidad: Iniciar el proceso con el análisis de atributos, valores y fortalezas requiere de un ejercicio de autoconciencia y priorización, que resulta difícil cuando no contamos con una visión sobre nuestra vida profesional que delimite el campo de interés y acción. En esta etapa es clave identificar competencias blandas y atributos reales que reflejen un auténtico “yo”.
- Diferenciación: Diferenciarnos implica decidir qué atributos reales nos acercan al empleo deseado, a la empresa ideal y nos mantiene en la ruta de la trayectoria proyectada. Es aquella ventaja que podemos tener frente a los demás candidatos.
- Notoriedad: Una vez definidos nuestros atributos diferenciales, es momento de elegir los canales e instrumentos que faciliten su promoción. Sin perder de vista el segmento al cual nos dirigimos y en el cual tendremos las mayores oportunidades de éxito.
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