Llegó diciembre y es un mes en el que muchas empresas evalúan el desempeño de su personal y plantean sus estrategias comerciales para el nuevo año; sin embargo, en este camino también se plantea el proceso de despido de algunos colaboradores.
¿Cuándo tomar la decisión de un despido? y ¿cómo llevarla a cabo sin causar inestabilidad en el personal? Son algunas interrogantes que muchos gerentes suelen tener. El proceso de despido de un ejecutivo, y en general de cualquier trabajador generalmente muy delicado por ello Giancarlo Ameghino Gerente de Gestión y Desarrollo Humano del Grupo Crosland, nos brinda algunos consejos para que el impacto sea menor para el colaborar y el resto de empleados de la organización.
- Para evitar los efectos negativos ante un despido se debe dar un adecuado manejo al proceso; esto comprende tanto la conversación con la persona a despedir como el paquete de beneficios de salida que se pueda ofrecer.
- A pesar que el despido es por falta ética, es importante no denigrar al colaborar en el proceso.
- Para aminorar el impacto que pueda generar un despido en el resto del personal, la compañía debe contar con un protocolo que incluya un esquema de comunicación potente que ayude a llevar el mensaje del motivo de la salida a todos los que deba llegar.
- Evitar el teléfono malogrado. Sea el motivo que fuese, desempeño, falta ética, no empatía con el grupo, reestructuración, jubilación, etc., la claridad del mensaje ayudará a administrar este proceso con el resto del personal, y a la par, ayudará a fortalecer la cultura y clima organizacional que la organización busca alcanzar, manteniendo la salida digna de la persona.
No existe un momento ideal para comunicar un despido. Lo que puede ayudar, y mucho, es llevar el proceso de una forma profesional y siempre teniendo en cuenta que detrás del empleado hay un ser humano con familia y con expectativas de crecer y sentirse realizado y orgulloso de sí mismo.