Hoy en día, las empresas afrontan nuevos retos para la atracción y retención del talento. En ese contexto, la flexibilidad horaria es una necesidad creciente, que no entiende de niveles jerárquicos o de generaciones. Otorgar beneficios que apunten al balance vida/trabajo, refuerza la propuesta de valor de las empresas hacia sus colaboradores.
Una de las facilidades más frecuentes es la flexibilidad en el horario de ingreso y de salida, que fluctúa entre 1 y 2 horas. Ya sea por motivo de estudios, por tener que llevar a los niños al colegio, por realizar alguna actividad adicional o por el tráfico y las distancias al movilizarse al trabajo, tener un horario flexible ayuda a compatibilizar las necesidades personales con las exigencias laborales.
También encontramos empresas que brindan facilidades para el trabajo remoto, esto es, la posibilidad de trabajar ya sea desde casa u otro lugar diferente a la oficina. Esta modalidad, no aplicable a todos los tipos de trabajo, permite conciliar responsabilidades familiares y profesionales. Incluso encontramos empresas que, usando esta forma, en sus sedes ya no tienen un sitio exclusivo para cada trabajador, sino que ofrecen espacios de uso compartido.
Otro de los beneficios consiste en la salida más temprano los días viernes, ya sea todo el año o sólo en la temporada de verano. Esta facilidad permite al trabajador dedicar más tiempo a la familia, educación, deporte, entrenamiento o a esos trámites o asuntos personales que a veces postergan por la falta de tiempo.
En un contexto de modernidad, no sólo la parte económica es importante. También toman relevancia nuevos beneficios y facilidades, de forma que la persona pueda llevar a cabo otras actividades que apunten a su propósito de vida.