La jornada laboral muchas veces absorbe a los trabajadores y los robotiza. No vemos más que seres alterados por el estrés y destinados a ir de la cama al escritorio, teniendo un leve respiro los fines de semana. Es importante organizar las horas que uno tiene, y desarrollar habilidades que se enfoquen en la estabilidad de la vida personal y laboral.
[Tips para la construcción de equipos eficientes]
Jerarquizar el tiempo. Antes de realizar cualquier actividad, hay que cuestionarse si realizarlo aportará al desarrollo personal. Así como la cantidad de energía que demandará y las horas de sueño que nos reste realizarla, que podría afectar a los planes que uno tiene en el trabajo. Esta jerarquización ayudará a dividir y ejecutar las actividades.
Herramientas simples. Una vez organizado el tiempo con el que se cuenta, es vital distinguir las actividades a realizarse en ese lapso. Herramientas como Google Calendar ayudan a tomar nota y separar fechas sin necesidad de ajetrearse. El uso de apps o softwares que tomen cuenta de los días pero que generen presión en el trabajador, no aportarán a su función y lo estresarán.
Distingue las actividades. Asignar un color a los pendientes en nuestro calendario. Por ejemplo, resaltar en rojo las horas dentro de la empresa, en verde las horas de cuidado personal, como ir al gimnasio o practicar algún deporte y marcar de azul las horas de ocio, como la lectura, las salidas al cine o las reuniones familiares.
Manejar con cuidado la flexibilidad. Ser espontáneo es positivo siempre y cuando sea con cuidado. Esta actividad saludable, alivia el ajetreo de las horas de trabajo. El buen manejo del tiempo ayudará a ubicar los días en que no hay actividades laborales a realizarse y solo queda disfrutar del momento, tomarse una pausa y seguir.
Energías. Los planes deben relacionarse con las horas de sueño y ejercicio. La planificación de la energía ayuda al bienestar de las personas.
