Es importante para el candidato generar cierta empatía con el reclutador mientras se realiza la entrevista de trabajo. No garantiza la contratación, pero aumenta las posibilidades de que se concrete la propuesta.
Debe mantenerse la confianza, sobriedad y alejar los temores cuando estamos en la entrevista. Esta primera impresión puede aumentar las probabilidades de obtener el puesto.
Se recomienda:
Control del tiempo. Planear rutas y medios de transporte que nos llevarán a la reunión, con el tiempo suficiente como para mostrarnos intactos. Llegar cinco o diez minutos antes ayudará a que organicemos nuestras ideas.
Romper el hielo. Las entrevistas suelen ser formales. Eso no quiere decir que no se permita algún comentario que relaje el ambiente. Mantener una buena actitud y encontrar el momento preciso para soltar el comentario preciso.
Postura firme. Mantenerse recto o algo inclinado hacia el entrevistador es señal de atención y compromiso, y le da la seguridad al reclutador de que lo estamos escuchando.
Conversación en temas afines. A medida que nos informan sobre la empresa y la labor que cumpliremos, debemos identificar las palabras claves e hilvanar una conversación en torno a ellas.
Movimientos similares. El lenguaje corporal dice mucho de uno. En este caso, que el entrevistado siga las posturas del reclutador generará cierta identificación, siempre y cuando, se vea con naturalidad y tenga relación con lo que uno ha dicho.