Lo que hagas 10 minutos antes de abandonar el centro de trabajo puede, si no asegurar el éxito, sí ayudarte a afrontar la nueva jornada con mayor vitalidad y determinación.
Saber lo que tienes que hacer desde que te levantas reduce la incertidumbre y la ansiedad, pero también es satisfactoria la sensación que se percibe al apagar el ordenador con los asuntos del día pendientes ya cerrados. Son muchos los emprendedores que empiezan la mañana en plena vorágine, afrontando los numerosos frentes que tienen abiertos, mas imprevistos. Estos últimos son inevitables, pero sí existen ciertas rutinas que puedes practicar antes de concluir la jornada y que te ayudarán a afrontar la nueva con determinación y eficacia.
Estos son los hábitos que dicen seguir, 10 minutos antes de abandonar el puesto de trabajo, algunos emprendedores consultados teniendo en cuenta que, ni todas las actividades requieren de las mismas, ni existen fórmulas universales.
- Planificar las tareas del día siguiente: Algunos lo hacen a primera hora de la mañana, pero lo recomendable es hacerlo al finalizar la jornada para encararlo de manera relajada y sabiendo lo que se tiene que hacer y el orden de las tareas.
- Categorizar las tareas por grado de importancia: En función de este criterio, hace un listado en donde enumera el orden de las tareas del día. “No siempre hago un seguimiento estricto del orden, a veces alterno las más complejas con las más sencillas, para relajarme, pero lo que sí hago es silenciar todos los dispositivos cuando estoy con algo que requiere concentración”.
- «Nada más que quitar»: Aprovechamos aquí una frase de El Principito cuando dice: “La perfección se alcanza, no cuando no hay nada más que añadir, sino cuando ya no queda nada más que quitar”. Es decir, que a casa hay que irse con los deberes del día hechos y eso es algo de lo que suelen asegurarse los emprendedores antes de atravesar la puerta. Para ello, echan mano de nuevo al CRM y repasan el cumplimiento de los retos del día.
- Piensa en el resto del equipo: Algo que un emprendedor nunca debe olvidar, máxime si de él depende la fluidez laboral. No es infrecuente paralizar todos los procesos por causas tan absurdas como, por ejemplo, la falta de una firma.
- ¿Una reunión rápida?: La comunicación interna es fundamental así que, antes de irnos a casa, organizamos una reunión rápida, no más de 5 minutos, para comunicarnos entre nosotros y repasar las cosas que han ido bien en el día, las que han ido mal y cómo podrían corregirse estas últimas.
- Elimina la suciedad: El recorte del uso de papel es una constante que se repite en muchas nuevas empresas, así que la presencia de los mismos suele implicar, o valor o porquería. A algunos le molesta abandonar la oficina dejando cosas por encima de las mesas hasta el extremo de guardar todo.
- Deja vacía la bandeja del Outlook: Son muchos los que aprovechan los últimos minutos de la jornada para repasar y contestar correos y consultar las llamadas que han quedado sin atender durante el día.
- Pon límites y date un pequeño premio: Una vez repasada y cerrada la lista de tareas sólo queda desconectar y relajarse. Nada de llevarse trabajo a casa y, menos aún, realizarlo en la cama. Caminar, escuchar música, cenar en familia o tomar algo con los amigos son, también, recursos que ayudan a conseguir un suelo reparador.
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