Según el estudio Prioridades de Gestión de Personas para el 2023, de BUK y PageGroup Perú, el 75.1 % de encuestados considera que el balance entre la vida personal y laboral es el principal factor de motivación en sus trabajos, seguido por un buen ambiente laboral y crecimiento profesional.
Diana Sosa, coordinadora académica de la carrera de Psicología de la Universidad Tecnológica del Perú (UTP), comenta que este factor es altamente significativo para aumentar la productividad y cuidar la salud mental de los colaboradores.
“Sentir que nuestras actividades están equilibradas nos motiva y brinda tranquilidad. A nivel familiar, las relaciones se tornan más cercanas y valoramos el tiempo que pasamos con nuestros familiares. A nivel laboral, nos sentimos más productivos, descansados y enfocados en lograr nuestros objetivos, y somos capaces de asumir retos y establecer vínculos de soporte con los compañeros”, explica la especialista en Gestión Humana.
MIRA: El 54% de peruanos pensó en renunciar a su trabajo por la mala relación con su jefe
En este sentido, la docente de la UTP recomienda algunas medidas para manejar asertivamente y gestionar de forma apropiada los roles a nivel familiar y laboral.
Consciencia. Cada persona otorga un significado diferente al concepto de balance entre la familia y el trabajo, porque cada ser humano tiene sus propias necesidades, prioridades y formas de vida. Por eso, es importante pensar y cuestionarse: ¿qué significa para mí este balance?, ¿con qué acciones sentiré seguridad y satisfacción? Conversa contigo mismo para encontrar las respuestas y no te compares con otros.
Redes de soporte. Es clave identificar a las personas que nos pueden ayudar y reconocer nuestras habilidades en diversas situaciones. Pedir apoyo es positivo, no hay que tener miedo, ni vergüenza. Acudir a quienes brindan soporte cuando lo necesitamos es una acción inteligente y que ayuda a mejorar la autoestima.
Agenda de vida. Una libreta no solo debe estar limitada al ámbito laboral, gestionar una para la vida personal nos permite organizar tiempos y actividades. El mundo avanza a una gran velocidad, nuestra cabeza está llena de solicitudes; por tanto, plasmarlas y numerarlas logra hacerlas visibles y evita el cruce de tareas. Gestionar una agenda nos enfoca en el presente y nos prepara para el futuro.
Actividades. Cargarse de muchas tareas no te hace mejor madre o padre, mejor colaborador o colaboradora. Repartir labores implica ser consciente de aquello que puedo manejar. Enfocarse en las que sean significativas es la clave para lograr un balance. No te sientas culpable, recuerda que hacer lo preciso es lo más adecuado.
Tiempo. Detente unos minutos y analiza qué actividades son realmente relevantes y el valor que aportan a tu vida, desarrollo y felicidad. Puedes escribir una lista de compromisos y ser consciente del tiempo que les dedicas. Todo es provechoso en la medida que permita construir espacios de disfrute y tranquilidad.