El trabajo es una de las actividades a la que más tiempo le dedican los profesionales durante el día. Por esto, señala Diego Andiarena, director de PCG Consulting, es común hacer amigos en el trabajo y organizar actividades informales fuera del horario de trabajo, conocidas como after office.
Andiarena no duda en señalar las ventajas de los after office: salir a tomar un café o una cerveza con los colegas genera el espacio ideal para crear vínculos de confianza que benefician el trabajo en equipo y, en el trato con los jefes, ayuda a humanizar a los profesionales con una personalidad más distante.
El especialista recomienda, pues, que los jefes asistan a las reuniones after office.
«Si el jefe no asiste porque cree que van a hablar mal de él, no se trata de un problema de las reuniones sino de cómo se está gestionando el equipo. Si los trabajadores están descontentos se van a quejar también en el ascensor o en la máquina del café», comenta.
Riesgos
El director de PCG Consulting destaca que en las reuniones fuera del horario de oficina no se debería hablar de temas de trabajo, no solo porque existe el riesgo de difundir información confidencial de la compañía, sino que los profesionales deberían aprovechar para tener otras conversaciones e, incluso, llegar a crear amistades.
Tener una resaca al día siguiente del after office, que afecte su trabajo, también figura entre los riesgos de estas actividades, según Andiarena. Sin embargo, estos efectos negativos no dependen de la reunión sino de la actitud del profesional.
«Todos conocemos alguna historia de alguien que quedó en ridículo en alguna fiesta de la empresa o en otra reunión. Los profesionales deben tener cuidado de no manchar su imagen, pues están administrando su marca personal y esto va a repercutir en el resto de su carrera», asevera.
Fuente: Gestión