Existen demasiadas políticas en el lugar de trabajo que enfatizan lo que los empleados no deben hacer. Sin embargo, las reglas exageradamente paternales y punitivas no comunican que tenga confianza en su gente y ene que se comportarán como adultos.
Cuando redacte las políticas para el personal, enfóquese en transmitir las expectativas positivas de la empresa acerca de los empleados.
Por ejemplo, en la política sobre la hora de inicio del día laboral, señale que espera que los empleados se presenten a tiempo, pero no entre en detalles sobre lo que significa «tarde» o «ausente».
Si en su empresa hay un código de vestimenta, expréselo tan sencillamente como pueda – quizá solo «viste adecuadamente» – y deje que los gerentes proporciones más lineamientos a quienes los requieran.
Asimismo, el código de conducta no tiene que ser complicado; un buen punto para comenzar es: «Se espera que todos actúen de la manera más conveniente para los intereses de la empresa y de sus colegas».
Subraye aquello a lo que quiere que sus empleados aspiren, no lo que sucederá si fallan.