Pasamos mucho tiempo en la oficina, incluso más que con nuestro propia familia o pareja. Por ello, es natural que, al relacionarnos tanto con nuestros compañeros de trabajo, salte la chispa de la atracción. ¿Es beneficioso o contraproducente?
Para algunos, los romances de trabajo son generalmente conflictivos. Otros sostienen que pueden tener su lado bueno al hacer que los enamorados sean más productivos. Hay quienes opinan que son una consecuencia inevitable del contacto humano constante, que se deben al aburrimiento. En lo que la mayoría de los expertos están de acuerdo es en que son muy frecuentes.
“Distintos estudios demuestran que cuestiones como el amor, el romance y la sexualidad se plantean a casi todo el mundo, tarde o temprano, en el trabajo”, señalan los doctores Sherre Conrad y Michael Milburn, profesores de Psicología de la Universidad de Massachusetts, Estados Unidos, quienes opinan que las parejas comprometidas en un romance en el trabajo son en realidad más productivas.
Conrad y Milburn han cobrado notoriedad por su libro Inteligencia sexual – un concepto de la sexualidad basado en el autoconocimiento- en uno de cuyos apartados abordan precisamente la seducción en los lugares de trabajo. Según los autores, a diferencia de los amores que dejan incómodos e insatisfechos a ambos integrantes de la pareja un “romance de oficina feliz puede aumentar la satisfacción laboral y prolongar la permanencia en el empleo”.
Pero, para que este tipo de relaciones funcionen y sean beneficiosas, los psicólogos recomiendan guardar la discreción para evitar complicaciones asimismo, evitar los tratos preferenciales con nuestra pareja, aceptar de ella concesiones especiales, que los altibajos en la relación afecten la productividad laboral y comentarlas desavenencias amorosas con otro compañero.
Amor y Trabajo mezcla peligrosa
“No es un pecado enamorarse de un compañero de trabajo después de pasar ocho horas laborando junto a él, dentro o fuera de la oficina. Lo que no está bien es interferir en la productividad y la calidad laboral”. Explica la doctora Josefina Murillo Vargas, psicóloga y especialista en relaciones de pareja del Hospital Metropolitano Vivian Pellas, de Managua, Nicaragua.
Para Murillo Vargas “no conviene tener amoríos con alguien que trabaja a la par de uno día a día, pero en el caso que esto suceda, tampoco es conveniente dar rienda suelta a los sentimientos si no reinan la discreción, la confianza y el respeto, porque la situación podría irse de las manos”.
Según esta experta, miembro de la Asociación de Psicólogos Americanos (APA) de Estados Unidos, se sabe que una relación está interfiriendo en el trabajo “cuando no se respetan los limites y espacios y estos empiezan a desdibujarse en el plano laboral, al punto que la productividad disminuye notoriamente. El trabajo debe mantenerse al cien por ciento”.
De acuerdo con la psicóloga, las estadísticas demuestran que los moteles están llenos durante las horas de mayor concentración laboral en las oficinas, lo cual indicaría que “los romances en el trabajo, de una u otra manera, interrumpen el horario laboral si no se toman medidas de limite y espacio “.
Por otra parte, se realizo un estudio al respecto en la Universidad de Surrey, Reino Unido. En dicha investigación, presentada en la Sociedad Psicológica Británica, y que estuvo a cargo de un grupo de expertos dirigidos por el psicólogo Chadi Moussa, participaron 200 personas de entre 21 a 68 años de edad, a quienes se les preguntó si en la oficina habían tenido “comportamientos ambiguos que pudieran tener un objeto sexual”. Los participantes en el estudio de la universidad británica también contestaron a una serie de preguntas sobre su personalidad y la satisfacción en su trabajo.
Los resultados de esta investigación comprueban que los hombres flirtean en el trabajo por aburrimiento e insatisfacción en el desarrollo de sus actividades, en tanto que las mujeres lo hacen porque les gusta la otra persona, finaliza Moussa.