El número de empresas que demandan programas de coaching ha crecido notablemente en el Perú durante los últimos años. El motivo principal, es que las organizaciones que lo han practicado han notado grandes e importantes cambios.
La eficacia de esta herramienta para conseguir una transformación en el personal ha quedado demostrada. Según Raúl Salas, docente de Diplomatura de Coaching Profesional de la PUCP, precisó que el coaching abre múltiples entradas que permiten lograr lo que uno desea. Las empresas, así como las personas persiguen lograr un objetivo, pero en la gran mayoría de los casos no saben cómo hacerlo y no son capaces de ver lo que necesitan ambas partes.
Es ahí donde entra en acción el coach, cuya efectividad reside en que requiere indefectiblemente un proceso experiencial que permite a sus participantes conocer desde su propia inteligencia, corporalidad y emociones sobre qué es lo que les está pasando, qué necesitan y qué tienen para poder obtener la vida que desean. El coach hace que todo este proceso de transformación en cada una de las personas repercuta positivamente a nivel organización.
Las empresas que deciden contar con los servicios de un coach, buscan que éste cumpla cuatro requisitos fundamentales. En primer lugar, que sea ético, honesto no solo con lo que propone sino también con lo que realiza. En segundo lugar, rigor, con disciplina académica e inteligencia puesta al servicio de una organización. Como tercer requisito, eficacia, esto es, ofreciendo resultados mediante procesos continuados. Y por último, el coach debe ofrecer solidez económica y el respaldo de instituciones de renombre.